Astrid Lane nació en Bulgaria pero no pasaron más de dos días para que sus padres se mudaran a Estados Unidos. Allí, empezaron a trabajar en SHIELD y la pequeña Astrid creció entre las paredes de esa organización, entrenándose desde los trece años p...
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— Thanos pasó mucho tiempo perfeccionándome. — dice Nébula. — Cuando trabajaba, hablaba de su Gran Plan. Yo le preguntaba, ¿dónde iremos cuando completes tu plan? Él respondía siempre lo mismo, al Jardín.
— Que tierno. — dice Rhodes. — Thanos tenía un plan de jubilación.
— ¿Dónde está? — pregunta Steve caminando hasta llegar a un lado de Astrid, rodeando la mesa en la que Rocket había activado un holograma del espacio.
— Cuando Thanos chasqueó los dedos, la Tierra se convirtió en la zona cero de una fuente de energía de proporciones cósmicas. — dice Rocket. — Nunca se había visto algo así, hasta hace dos días en este planeta.
El holograma se detiene en un planeta muy colorido y rodeado de unos anillos.
— Thanos está ahí.
— Ha usado las gemas otra vez. — murmura Natasha pensativa.
— Oye, iríamos bastante cortos de personal. — les dice Bruce.
— Él aún tiene las gemas, así que...
— Las tomamos. — interrumpe Carol.
— Y traemos de vuelta a todo el mundo. — termina Astrid.
— ¿Así sin más? — pregunta Banner.
— Si. — contesta Steve. — Así sin más.
— Si hay una mínima posibilidad de intentarlo, se lo debemos a los que ya no están aquí. — dice Nat.
— Si hacemos esto, ¿cómo sabemos que acabará de forma distinta a la última vez? — pregunta Bruce.
— Porque no me teníais a mí. — responde Carol.
— Oye, la nueva, aquí todos llevan esa vida de superhéroes. — le dice Rhodes. — ¿Dónde has estado todo este tiempo?
— Hay muchos planetas en el universo. — dice Carol. — Y por desgracia no os tienen a vosotros.
Astrid toma el brazo de Steve y apoya la cabeza en su hombro. No quería hacerse ilusiones para acabar igual o peor que la última vez.
En ese momento, Thor se levanta de su sitio y camina hasta quedar cara a cara con Carol. El asgardiano eleva su brazo justo al lado del rostro de la rubia y su Mjolnir llega a su mano, levantando el cabello de la mujer.
— Ella me agrada.
— Vamos a por ese hijo de puta. — dice Steve.
Todos asienten decididos y cada uno se va a su habitación. Era de madrugada, por lo que esperarían al día siguiente para ir hasta Thanos.
Astrid se deja caer en la cama con un profundo suspiro. Enseguida, siente como el colchón se hunde a su lado y abre los ojos para encontrar a Steve tumbado junto a ella.
