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Su hermano menor estaba junto a él, peleando con su espada evitando que los invasores entrarán  a la cueva donde los aldeanos y su hermana mayor se refujiaban, mientras tanto Minho usaba su flauta para lograr que las sombras oscuras atacarán a sus oponentes vestidos de blanco.

Una rafaga de neblina oscura salió de su cuerpo haciendo que los cultivadores que se acercaban a ellos salieran volando estrellándose contra los árboles cercanos.

Una gran cantidad de hombres vestidos de blanco cayó al suelo, algunos sangraban y otros respiraban levemente. Minho dejó de tocar la flauta y observo a Félix asegurándose que  estuviera bien, efectivamente el rubio no mostraba daño alguno.

El aire que pensaba soltar se quedó en sus pulmones retenido cuando a lo lejos vio una figura salir de entre los arboles, sus ojos se centraron en el castaño vestido de blanco, Jisung tenía los cabellos pegados a la frente a causa de lo empapado que estaba y observaba perplejo la escena frente a sus ojos.

Efectivamente los trajiste tu

Fueron los pensamientos que Invadieron la mente de Minho, el interior de su labio se ganó una pequeña mordida y se sintió tonto al haber defendido a Jisung de su propia mente desde que los cultivadores del clan Han atacaron su hogar.

Jisung caminó hacia ellos lentamente, parecía que temia hacer algún moviendo equivocado, Minho lo observo todo el tiempo, sin apartar sus ojos ni un segundo de él.

— Debería irse joven maestro — hablo Minho con un tono neutral, sin mostrar ninguna emoción. Jisung lo observo y se detuvo a pocos metros.

— Minho...

— No quiero tener que lastimarlo joven maestro — Su voz subió un poco el tono, como si fuera una advertencia.

— Yo... Lo siento... No sabía...no tenía idea... Esto... — Las palabras de Jisung chocaban entre si.

— ¿El joven maestro Han, discípulo principal del clan y hermano menor del líder no tenía idea de esta situación? Vaya, claro que le creo.

— Debes confiar en mi. Yo no lo sabía.

— ¿Entonces que haces aquí?

Jisung mordió su labio inferior y observo a Félix atras de Minho, aún tenía la espada en la mano y lo miraba con el ceño fruncido, luego volvió la mirada al azabache.

— Viene a hablar contigo — confesó.

— ¿De que?

— De lo que paso la noche anterior. Tu le dijiste al JunSu que...

— Esa noche lo escuchaste bien joven maestro... ¿Cuál es tu duda?

— ¿Por qué? — preguntó soltando un doloroso suspiro. — ¿Porque nos odias?

Minho levantó las manos señalando a su alrededor, Jisung observo a los discípulos de su clan tirados en el suelo.

— ¿Te parece poco? ¿Puedo preguntar ahora yo porque este ataque tan cobarde?

Jisung dió un paso al frente acercándose a Minho.

— Te juro, yo no plenee esto. No lo sabía... Creeme, confía en mí.

— ¡¿Cómo quieres que confíe si solo e conocido traición?! — Exclamó con rabia — ¡¿Vale la pena realmente confiar en alguien?! ¡Incluso si ese alguien luce como tú jamás podría confiar!

Jisung parpadeo sintiendo como cada palabra, cada grito salía herido.
Minho estaba herido, toda esa rabia que lo hacía explotar no era más que dolor y Jisung pudo verlo, pero ¿Cómo curarlo?

— ¿Por qué estás haciendo esto Han Jisung? — preguntó ya más calmado — ¿Por qué te empeñas en seguirme?

Si, eso mismo se preguntó Jisung en ese momento. Había pasado de odiarlo a querer curarlo. ¿Por qué quería él ser quien lo curara?

— No lo sé — respondió — No tengo idea. Pero siento... Siento que debo protegerte.

— ¿Protegerme? Ja. ¿Y como lo harás? No puedes ir en contra de tus principios, no puedes traicionarlos.

No, no podía.

— No debo hacerlo... Se que quieres hacer las cosas bien, estoy seguro que hay algo, algo que no me dices.

— ¿Hacer las cosas bien? Nunca e hecho nada "bien" en mi vida ¿Por qué querría hacerlo? Además si hubiese algo ¿Por qué debería decirte a ti? Lo que yo quiera hacer o sienta no te incumbe.

— Se que no debe importarme, lo sé... Pero...

— ¿Piensas que puedes ayudarme? — lo interrumpió con sarcasmo — ¿Tu? Deja de pensar que me conoces, solo estuvimos juntos un par de meses, no es suficiente para que conozcas realmente a alguien.

Jisung no estuvo de acuerdo, pero no dijo nada. Si seguía discutiendo sobre eso no llegaría a ningún punto.

— Deja de seguirme Han Jisung, déjame en paz.

—Sabes que no puedo hacerlo.

— Puedes hacerlo y debes hacerlo. De lo contrario saldrás lástimado.

— ¿Ahora me amenazas?

— Yo... No podría hacerte daño — confesó el mayor con un triste semblante — Pero debes entenderlo, somos de dos mundos diferentes. Ahora, solo vete.

— No.

Jisung dió un paso hacia Minho, pero la flauta de Minho marco una distancia haciendo que se detuviera.

— Solo vete, enserio no quiero pelear contra ti — el rostro de Minho se deformó mostrando una mueca desesperada. Jisung dió otro paso haciendo que la punta de la flauta tocara su pecho, sus ojos avellana envolvieron a Minho — Jisung, por favor — la voz de Minho había perdido todo poder y sonaba suave, como si estuviera rogando.

— Minho, si decides atacarme, no me defenderé. Así que... Podría morir a tu mano — Una sonrisa se formó en los labios de Jisung dejando a Minho estático — Hazlo, porque no me voy a ir hasta que hables conmigo.

La respiración de Minho se empezó a acelerar y sus manos empezaron a temblar.

— Han Jisung — susurró — No deberías sonreír. No hay motivo.

La sonrisa de Jisung se hizo más grande y la flauta cayó al suelo.

Ahora solo estaba ellos dos, viéndose uno al otro, tratando de decifrar los secretos que guardaban en ellos. Algo que jamás se dirían Pero que podia notarse.

O eso pensaba Félix quien veía la escena con una media sonrisa, entendiendo perfectamente el sentimiento que crecía en medio de ellos dos.



Blanco & negro [Minsung] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora