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Escapar del estanque helado no había realmente complicado, en cuanto Minho sintió que alguien se acercaban ambos salieron casi corriendo del lugar para evitar que los encontrarán. Ni siquiera se quedaron a mirar quien era la persona que se acercaba, pues Minho aún estaba débil y no podría luchar contra algún cultivador espiritual.

Simplemente no quisieron arriegarse.

Jisung caminaba a paso lento en medio de la espesa hierba, al mismo ritmo al que ahora caminaba Minho, y aunque Jisung había insistido en ayudarlo Minho se había negado en más de una oportunidad, decía que podía hacerlo solo, que estaba bien.

Del beso no habían hablado en ninguna ocasión, de hecho desde que habían escapado se habían mantenido en total silencio, solo caminaban y caminaban y caminaban sin tener si quiera idea de hacia donde se dirigian.

Después de una hora de camino sin detenerse fue Minho quien rompió el silencio, incluso Jisung se alarmó un poco al escuchar la voz.

— Deberíamos buscar un lugar para descansar — musitó, a lo cual Jisung asistió con la cabeza.

Siguieron cambiando nuevamente en silencio y tras unos cuantos kilómetros a lo lejos vieron una pequeña aldea.
En aquel lugar seguramente había algún hospedaje.

Efectivamente al dirigirse al centro de la aldea Jisung puso ver un lugar en que se informaba que habían habitaciones para hospedarse, afortunadamente Jisung no había perdido su bolsa de dinero y con ello podría pagar un par de habitaciones.

— Buena noche buen hombre — Saludo Jisung con una cálida sonrisa.

— Buena noche tenga usted Joven — Saludo de igual manera el Señor — Oh, veo que es usted un joven cultivador — el hombre hizo una leve reverencia al notar la espada encintada de Jisung — Bienvenido sea a esta humilde Hostal Joven maestro, espero que su estancia aquí sea provechosa. ¿Puedo preguntar de que familia real pertenece?

Jisung se dispuso a responder con amabilidad tal como siempre lo hacía, pero una voz tras él le interrumpió.

— Eso no es relevante ahora — La sonrisa del hombre se borró de un tirón al ver a la persona que le pertenecía aquella voz tan hostil, tenía un aura oscura, mirada intimidante y el ceño fruncido. Esto logró ponerlo nervioso — ¿Puede darnos una habitación?

El hombre asintió sin decir una palabra más y luego vio al joven vestido de blanco para asegurarse si necesitaba ayuda, Jisung entendió mirada y sonrio cálidamente.

— Pido disculpas por mi compañero, hemos estado caminando por un largo tiempo y queremos descansar. ¿Puede darme dos habitaciones? Y de ser posible algo de comer...

— No dos, una habitación está bien — la nueva interrupción de Minho desconcertó a Jisung.

— ¿Una habitación? — preguntó el hombre a Jisung, este miro a Minho quien no mostraba ninguna expresión y solo miraba al hombre.

Blanco & negro [Minsung] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora