Es gracias a vosotros

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- ¿Rebi? ¿Que hacemos aquí?

- Buenos días a ti también. - Dijo Teresa.

- Estás completamente loco ¿Eres consciente? - Chuck estaba tan serio que no parecía él.

- Gally ha convencido a todos de que todo esto es por tu culpa. O nos unimos a él o nos encierra contigo. - Le expliqué. - Lo siento.

- La cosa es que creo que si que influí en parte. - Dijo Thomas.

- ¿Qué? ¿Cómo? - Pregunté.

- Es algo muy largo de explicar. El tiempo que estuve inconsciente recuperé algunos recuerdos. - Hizo una pausa. - Lo primero que recuerdo es un lugar tipo laboratorio. Esto no es una cárcel o un castigo, es un experimento.

- Pero eso no significa que trabajaras allí o que nos quisieras matar. - Argumenté.

- Escucha que hay más.

- Pues dilo rápido que me estreso.

- Todo empezó de pequeños. Nos conocemos desde los seis años más o menos. Cada pocas semanas o meses llegaban 3 o 4 niños. Teníamos una especie de pruebas.

- ¿Y yo como llegué? - Preguntó Chuck.

- Ni idea. Recuerdo ver a Rebi jugando con un bebé de pelo rizo, podrías ser tu.

- Supongo.

- También recuerdo a Rebecca llorando porque alguien se había llevado a Chuck a algún sitio.

- Pero si ella lleva aquí más tiempo que él. - Dijo Newt.

- Creo que lo cambiaron de laboratorio o algo así. También me acuerdo de la angustia. Cada mes desaparecía uno de nosotros. Rebecca sabía que era la siguiente y me lo advirtió.

- ¿Cuando la enviaron al laberinto? - Preguntó Newt. - ¿Y después nos enviaron a los demás?

- Si, pero no a todos.

- ¿Qué? - Preguntó Teresa.

- Yo trabajé con ellos. Y tu también Teresa.

Miré a Teresa. Tenía los ojos llorosos. Supongo que se siente mal o culpable.

- Eso no tiene sentido ¿No eran nuestros amigos? ¿Por qué les haríamos eso?

- Discutíamos sobre eso. Tu decías que era por el bien de la humanidad.

- No tiene sentido. - Dijo ella. - ¿Por qué ayudaríamos a hacer daño a nuestros amigos? ¿Y por qué si ayudábamos los demás nos mandaron aquí?

- No lo sé. Creo que nos sentíamos mal. No nos parecía ético. Igualmente eso no importa.

- Tienes razón Thomas. - Dijo Newt. - Nada de eso importa. Lo que eramos antes del laberinto no importa. Ya no existe. Se encargaron de eso. Lo que importa es qué somos ahora. Entrasteis al laberinto y encontrasteis una salida.

- Vale, pero si no hubiera entrado Alby seguiría aquí, vivo. - Dijo Thomas.

- A lo mejor, - Intervine. - pero te diría lo mismo que Newt.

- Exacto. - Newt siguió con su discurso. - Levántate y acaba lo que empezaste. Si no conseguimos salir Alby habrá muerto en vano, y yo no voy a permitir eso.

- Está bien, - Dijo Thomas. - pero antes hay que encontrar una forma de enfrentarnos a Gally.

- Fritanga está medio infiltrado. - Susurró Minho. - Nos contará su plan. Después organizaremos el nuestro.

- Perfecto. - Dijimos yo y Teresa a la vez.

Nos miramos cómplices.

- Vámonos. - Dijo Minho. - Luego volvemos.

Se levantaron y se fueron. Nosotros tres nos quedamos allí sentados, qué remedio.

Yo apoyé la espalda en la pared y Teresa se acostó sobre mis piernas. Thomas se apoyó en la pared de al lado.

- ¿De qué más te acuerdas? - Pregunté tras varios minutos de silencio.

- Principalmente de ti.

- ¿Y qué recuerdas de mi?

- Que llevo enamorado de ti desde que tenemos 6 años. Poco después de conocerte.

- ¿Enserio?

Asintió con la cabeza.

- Me rechazaste varias veces.

- ¿Qué dices? ¿No me gustabas?

- En plan te pedía salir y tu me decías que eramos muy jóvenes. Que no era el momento.

- ¿Y nunca llegó el momento?

- Sí que llegó sí. Con 12 años más o menos.

- Ojalá acordarme.

— Antes de estar aquí ya tratabas a Chuck como tu hijo, creo.

— ¿Enserio?

Me puse super contenta. Me alegro un montón de haber sido su figura materna siempre. Nunca había tenido curiosidad por mi vida de antes. Ahora necesito saberlo todo.

— Bueno creo que era él. Recuerdo verte jugando con un bebé. También un día que me dijiste llorando que se lo había llevado.

— Bueno, nos han vuelto a juntar. Dios es que ya sabía yo que teníamos que ser amigos de antes. Es imposible que con lo diferentes que somos todos nos llevemos bien a las pocas horas.

— Seguro que tu y yo éramos amigas. — Dijo Teresa.

— Segurísimo. — Respondí. — Tenemos demasiada confianza como para ser dos desconocidas.

— ¿Recuerdas algo de eso Thomas? — Preguntó ella.

— Solo recuerdo una discusión. Tú querías quedarte allí. Rebi y yo nos queríamos escapar.

— ¿Entonces por qué tu también te quedaste trabajando con ellos? — Pregunté.

— Eso me gustaría saber a mi. — Dijo Teresa. — ¿Por qué nosotros nos quedamos?

— No lo sé. También hablamos de traicionar a los que nos llevaron allí para salvarles.

Me acabo de iluminar.

— ¡Gracias a vosotros dos hay una salida! — Exclamé.

— ¿Qué? — Preguntaron.

— Durante tres años recorrimos el laberinto completo. No había salida. Seguro que vosotros configurasteis algo del laberinto para ayudarnos. Por eso os mandaron aquí.

— Podría ser — Dijo Teresa. — ¿Tu que piensas Thomas? Teniendo en cuenta lo que viste.

— Sinceramente no tengo ni idea.

No dijimos nada más. Lo único que quiero es salir de este puto agujero para después salir de este puto laberinto. Pasamos horas ahí abajo hasta que llegaron los chicos. Hablamos algo, pero nada interesante.

— Está decidido, Gally quiere que paséis la noche en el laberinto. — Explicó Minho.

— Dentro de un rato vendrán a por vosotros. — Dijo Newt.

— ¿Y qué podemos hacer para evitarlo? — Preguntó Teresa.

— Tengo una idea. — Dije.

•  •  •

— Pues decidido. — Afirmó Thomas.

— Quién quiera que nos apoye, quién no que se quede aquí. — Dije.

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