Consultas y conductos

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— Relaja el brazo. — Me pidió.

Cerré los ojos y apreté su mano.

— Ya estás preciosa.

— Muchas gracias. Pensé que me iba a doler, pero ni lo he notado.

— Pasa mucho. Venga levantate, vamos a una sala más privada para revisarte bien.

Me levanté y me llevó a una camilla. Teresa estaba una camilla justo al lado, pero la doctora nos separó con una cortina. Se sentó en una mesa con un ordenador.

— ¿Tú eres Rebecca no?

— Sí.

— Te voy a hacer algunas preguntas.

— De acuerdo.

— ¿Edad?

— No sé.

— Aquí pone 25, pero pareces menos.

— Al comer mal en el laberinto me he quedado pequeña.

— Suele pasar ¿Periodos en el laberinto?

— Cuatro días cada veintisiete días.

— Perfectamente normal ¿Has mantenido relaciones?

— Solo tres veces.

— ¿Todas con la misma persona?

— Sí.

— Vale, ponte aquí encima.

Me pesó y me midió.

— Es normal perder mucho peso en el laberinto, no te preocupes.

Después me miró los oídos, me preguntó qué letras veía en una pizarra... Se aseguró de que mis sentidos y reflejos estaban bien.

— Todo muy bien. Túmbate si haces el favor.

Tras varios minutos acabó de revisarme.

— Ahora vamos a otra sala. — Me informó y abrió la cortina. — Doctora Selena, ¿Habéis acabado?

Era la doctora que estaba con Teresa.

— Sí, justo te iba a avisar. Ya las podemos llevar.

Teresa y yo salimos de allí. Miré a los chicos, los localicé a todos menos a Thomas. Pasamos por delante de donde estaba Newt, quién nos miró confundido.

Caminamos por un pasillo unos minutos. Todo es tan diferente y tan parecido que no entiendo cómo no se pierden. Teresa agarró mi mano.

— ¿Tú sabes a dónde vamos? — Me susurró.

— ¿A dónde vamos, doctoras? — Pregunté en voz alta.

— A una sala mejor equipada para haceros más pruebas. — Respondió la pelirroja.

— ¿Y por qué no vienen los demás?

— Es más fácil si os dividimos. — Esta vez me respondió Selena. — Es aquí.

En la puerta había un cartel Consulta B13X4. Era una sala más pequeña. Hay tres personas, supongo que más doctores. Dos hombres y una mujer.

— ¿Teresa y Rebecca? — Preguntó el hombre más mayor.

— Sí, son ellas. — Dijo Selena.

— Teresa se quedará aquí con la doctora Olivia.

Teresa caminó hasta la camilla que había.

— Muy bien. Puedes sentarte o tumbarte. Como estés tú más cómoda.

Teresa se sentó y me miró. Parecía que no quería quedarse sola.

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