Capítulo 29

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El jardín de la mansión estaba envuelto en un silencio ensordecedor. David fue tras de los atacantes, cubriendo a sus compañeros por si alguno volvía, pero al parecer todos habían huido.

Sara estaba en estado de shock, tenía al frente el cuerpo de su padrino, la persona que cuido de ella todos estos años. Había perdido su vida por protegerla.

Rick se acerco al cuerpo de Jack y le dio la vuelta para revisarlo. Una débil voz salió de este y su frágil mano se poso en la de su ahijada. Sara al ver esto salió inmediatamente de su estado y tomó con fuerza la mano de su padrino poniéndola en su cara. Con sus últimos alientos el hombre habló.

- Sara hija... como me alegro que estes bien! – expresó el hombre en un endeble hilo de voz.

- Por qué hiciste eso Jack? Por qué te sacrificaste por mí? – le reclamó la joven con las lágrimas derramándose sin control por su rostro – Qué voy a hacer yo sin ti?

- Lo... lo haría... siempre tu... tu tienes que vivir hija – le respondió el moribundo hombre al que una lagrima le resbalo por el rostro – tienes... tienes que ser feliz. No... no caigas en la oscuridad de nuevo – le pidió.

- Cómo me pides eso? Esa gente va a pagar! Se los voy a hacer pagar! – expresó Sara con todo el rencor y la ira albergándose en su corazón.

El hombre miró a un lugar en la espalda de Sara y sonrió.

- Ya es hora de irnos? – preguntó a las dos siluetas que lo observaban – creo que hice un buen trabajo con ella – expresó sonriendo con ternura – me temo que tengo que dejarte pequeña – expresó en un tono perfecto, como si de repente ya no estuviera moribundo – no dejes que esto te haga perder la luz que siempre has tenido...

Esas fueron sus ultimas palabras antes de cerrar los ojos y fallecer.

Sara se quedo mirando el cuerpo de su padrino y vio que este ya no reaccionaba.

- Jack! Jack! Por favor despierta! Por favor no me dejes! – pidió la joven sosteniendo la cabeza de su padrino y llorando desconsoladamente.

David y Rick miraban la escena llorando afligidos sin poder hacer más. Apenas oyeron los disparos se dirigieron a buscar el arsenal para enfrentar a los atacantes, pero llegaron demasiado tarde. Su jefe y mentor había sucumbido.

Marla estaba en una de las salas de la mansión, pensando en la situación que tuvo con Steven. Quería clamarse un poco antes de ir a hablar con Clara y explicarle lo que había pasado para que ella no malinterpretase las cosas. Aunque no dejaba de sentirse culpable por los sentimientos que causo en el joven. Estaba a punto de salir para dirigirse a la sala de vigilancia, cuando el sonido de varios disparos la alertó.

Asustada la joven decidió esconderse debajo de una mesa. Proto escucho más detonaciones. Eso solo quería decir que la mansión estaba siendo atacada. Pensó en su amiga Alicia y en Clara, quizás las dos estaban en medio del fuego cruzado. Y si alguna de ellas salía herida? Eso la preocupo bastante.

Pronto dejo de escuchar el ruido de disparos y decidió con cuidado acercarse a la ventana para intentar ver algo, pero esta daba a la parte derecha del muro de la casa, aunque lo que vio la impacto bastante. El cuerpo de Steven estaba tirado en el suelo, y parecía que no mostraba signos de moverse. La joven se tapó la boca para evitar gritar sintiendo como las lagrimas comenzaban a inundar sus mejillas. Desde ahí pudo ver como su amiga era arrastrada hacia afuera por el desgraciado de Rob y como este la besaba a la fuerza para después golpearla y sacarla tirando de su pelo por una puerta en el muro. Marla se levantó de la ventana dispuesta a ir a ayudar a su amiga, pero pronto tuvo que agacharse de nuevo al ver a varios hombres armados saliendo por la misma puerta por la que salió Rob.

Sombras del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora