27: Pasado conoce al Presente

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Jungkook era especialmente intolerante a las derrotas, Namjoon no compartía mucho ese sentimiento. Su necesidad de ganar no provenía de una aversión a perder sino a un desesperado compromiso con las personas que confiaban en él, no decepcionarlos.

Sin embargo, la determinación de Jungkook había despertado una parte de él que no conocía. El deseo de ganar egoístamente. Ganar porque si, porque deseaba algo solo para él.

Y no se trataba de una medalla ni un insulso título, se trataba de algo mucho más significativo. Jungkook y la forma en la que lo resumía a un pequeño esclavo de sus ojos brillantes, adicto a la seguridad y la paz, la confianza y cariño, el deseo y la necesidad.

Por eso, Namjoon no podía cumplir la promesa que le hizo a Jimin, no podía simplemente renunciar a él, eso solo comprobaría que era un idiota sin remedio.

Después de la cena en la que sus amigos evitaron las preguntas incómodas y se dedicaron a mimarlo e intentar subir su ánimo, se sentía, de hecho, un poco mejor, un poco más decidido. Sus amigos siempre sabían qué decir, estar a su alrededor era como ser regado por agua fresca cuando estaba a punto de marchitarse.

De nuevo, no tenía un plan, descubrió que es pésimo armando planes. Solo intentó llamar a Jungkook, para comprobar que seguía bloqueado, y suspiró con tristeza cuando lo confirmó.

Luego revisó sus redes, Jungkook era muy activo en Instagram. Había publicado solo un par de fotos esta tarde, una selfie con el fondo del gimnasio siendo preparado y una segunda con Routeng y Nagornyy, con la leyenda de "A la final".

Sólo por curiosidad abrió los comentarios, la sección estaba llena de felicitaciones y halagos, también tropezó con muchos que decían "¿Donde esta Kim?" "¿Eso fue todo?"  Oh si, los titulares probablemente lucirían así por la mañana, su entrenador le diría lo mismo mañana por la mañana. Solo pensar en mañana lo hacía hiperventilar.

Se deslizó hasta abajo, encontrando una hermosa cronología de las competencias de Jungkook desde su primer Campeonato en Alemania, sus rasgos eran más jóvenes y suaves y su sonrisa tenía más inocencia entonces. Namjoon sonrió sintiéndose lleno de ternura. 

Continuó, con la misma sonrisa nostálgica, mirando videos de Jungkook, solo presumiendo lo bueno que es, y las fotos de los lugares que visitó durante sus viajes. Se sorprendió encontrando más fotos con  Hashimoto de lo esperaba, en el gimnasio, en el spa, en la inauguración de los Juegos de Invierno del año pasado, y luego ninguna en absoluto.

No le hizo mucha cabeza, porque poco después, empezaron a surgir las imágenes con su equipo. Un video de SeokJin en los anillos, una selfie con Jimin en un lugar que lucía costoso, una foto de la espalda desnuda de Namjoon, mostrando su tatuaje de los anillos Olímpicos y una de todos juntos en casa de SeokJin: Birds of a Feather.

Luego, como un golpe, fotos de su cita –finalmente lo admitía– todas publicadas ayer antes de entrar al mirador en el Tokyo Metropolitan. Jungkook no mostró su cara o señal de que estaba acompañado pero Namjoon reconocía cada lugar fotografiado, conocía el motivo detrás de cada sonrisa y era él.

Necesitaba recuperarlo.

Iba a abrir los mensajes directos para enviar un par pero notó que había una historia nueva. La imagen no era muy nítida, y había muchos colores fluorescentes entre azules y rojos, y había una multitud, pero podía reconocer a Jungkook donde fuera. Era un club, el nombre en la ubicación se le hizo familiar, tal vez el club más popular entre los atletas extranjeros, Jimin lo mencionó al llegar.

El día siguiente era la final y Jungkook estaba por beber ¿Que estaba pensando? Ni siquiera es legal en Japón, si alguien lo reconoce, la prensa jamás lo dejaría ir ¿Acaso es estúpido?

The one prize (I'd cheat to win) [namkook] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora