Viajaron entre pequeñas bromas hasta el departamento de Jungkook. Namjoon creyó que atravesarian una extraña fase de incomodidad dado todo lo ocurrido en los últimos días pero el ambiente era todo lo contrario a incómodo porque Jungkook los mantenía hablando, justo como antes.
Al llegar Jungkook ordenó la comida, Namjoon eligió reproducir una competencia del 96 con la intención de verla, pero quedó de fondo después de que Jungkook se sentara a su lado en el sofá y -Después de preguntar educadamente- atacará sus labios ¿Lo tomó por sorpresa? Si ¿Tenía alguna objeción? No. Esta noche ya era lo suficientemente descabellada como para retractarse ahora.
—¿Hoy no tenías una cita con el nutricionista? —Preguntó Namjoon entre besos, solo para admirar los labios rojizos e hinchados de Jungkook y recuperar el aliento.
—La pospuse para cubrir a Jin, le dijimos al entrenador que iba fisio pero me dijo que iba a ¿Daegu? No se para que —Respondió Jungkook con la respiración agitada. Posó una mano sobre su muslo y lo miró suplicante —¿Puedo?
A Namjoon se le atoro la respiración en la garganta. Peligro, peligro, peligro. Pero no podía negarle nada a esos ojos ¿O si? Es decir, ya había estado sobre sus piernas antes ¿verdad? No hacía diferencia, solo asintió. Jungkook pasó una pierna al otro lado y se sentó a horcajadas sobre su regazo, luciendo muy complacido.
Namjoon tenía un cuerpo enorme, era majestuoso. Era más alto que un gimnasta promedio y con extremidades más largas y estilizadas, podría llegar a ser una desventaja, Jungkook lo había visto chocar sus piernas con el aparato varias veces, pero por lo mismo, desarrolló un control descomunal sobre su cuerpo y se volvió una de sus fortalezas. Además, gracias a eso Namjoon tenía las líneas más elegantes y espectaculares de la gimnasia, sus formas eran las más alabadas. Namjoon tenía algo que te hechizaba mientras lo veías actuar, en la opinión de Jungkook.
—Eres... wow —Fue lo único que Jungkook pudo articular. Namjoon sonrió tímidamente, con el corazón bombeando rápido.
—Tus labios lucen muy bonitos —Dijo Namjoon, los miraba hipnotizado. Tiró del inferior por un impulso y Jungkook se estremeció sobre sus piernas. Namjoon removió su mano con precaución —Estoy un poco confundido sobre lo que significa una tregua
Jungkook pasó las manos sobre sus hombros, con caricias tranquilizantes.
—Que mantengamos esto al mínimo y nos quedemos en una zona segura para ambos.
—¿Cómo sé que es seguro y que no?
—Si sientes que es demasiado, que te comerá la cabeza, dímelo y entonces no iremos allá, yo haré lo mismo. —Explicó Jungkook, esperando su consentimiento.
—Muy bien, capitán —Aceptó Namjoon abrazando su cintura. Jungkook rió en voz alta.
—Me gusta como suena
Namjoon retomó el beso, largo y frenético, con pausas cortas para jadear por aire, como si se hubiesen estado conteniendo por días para encender un cerillo en un pozo de inflamables. Jungkook hacía un esfuerzo sobrehumano para quedarse quieto con Namjoon devorando con entusiasmo sus labios.
Ni siquiera notó que su teléfono empezó a sonar, hasta que Namjoon hizo el esfuerzo de avisarle. Jungkook se separó a regañadientes.
—Es mi endemoniado manager —Jungkook apagó su teléfono sin contestar y lo volvió a tirar en la mesa sin cuidado—Anda de un humor todo el tiempo, por eso no consigue quién le de
—Cada ladrón juzga por su condición
—Tsk cierra la boca —Jungkook le tiró un cojín con un falso mohín y volvió a su regazo. Namjoon río con la ternura que le causaba y le pellizco un pezón juguetonamente sobre la ropa, haciéndolo gemir desprevenido y encogerse en sí mismo. El sonido erizó todos sus vellos.
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The one prize (I'd cheat to win) [namkook]
Hayran KurguEl equipo masculino de Gimnasia Artística de Sur Corea sufre la pérdida de un miembro antes de las Olimpiadas y un nuevo integrante altera su sinergia. Ahora no solo se enfrentaría a los equipos internacionales, también tenía que superar las grietas...