31: Perdedores

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Si alguien le hubieran dicho a Jungkook que en Tokyo ganaría medallas de plata y bronce en Salto y Piso respectivamente, probablemente le hubiera dicho a ese vidente mediocre que moviera esos caracoles bien, porque no había manera de que no ganará Oro en sus aparatos favoritos; pero de alguna manera, sería una predicción creíble.

Por otro lado, si alguien le hubiera dicho que caería en un espiral profundo enamorado del capitán del equipo, que empezarían a jugar con fuego por un simple beso y se enredarían con todo el equipaje que ambos traían hasta que los nudos eran demasiado difíciles de romper; si le hubieran dicho que viviría los mejores y los peores días de su vida en Tokyo, eso... no lo hubiera creído en un millón de años, hubiera dado por hecho que el vidente estaba bajo el efecto de alguna droga.

Acababa de ganar plata y bronce en Salto y Piso, había vivido los mejores y, también, los peores días de su vida hasta la fecha en Tokyo, y definitivamente, estaba perdidamente enamorado de Namjoon. Incluso para sí mismo era difícil de creer todo lo que había sucedido en los últimos 7 meses. Especialmente ahora que acabaron las competencias de Gimnasia, era difícil creer que todo estaba terminando.

Temía por eso, temía por ellos.

Su corazón latía con tanta fuerza bajo su pecho, parecían años desde que estuvo con Namjoon, y cuando lo miró apoyado en un poste fuera del gimnasio, esperando por él, realmente creyó que podría desmayarse.

Apenas tuvo que acercarse un par de pasos más antes de que Namjoon se abalanzara a él, tomando su cara entre sus manos para examinarla.

-¿Estás bien? -Preguntó a centímetros de su rostro, el aire se quedó atascado en la garganta de Jungkook. Namjoon pasó el pulgar por su mejilla para ver el maquillaje desvaneciéndose y mostrando la piel ahora verdosa -¿No ha intentado acercarse más?

Jungkook respiró forzosamente por la cercanía.

-No lo hará, no soy yo lo que quiere

Namjoon enfocó en sus ojos abiertos, entonces notó la cercanía y dio un pasó hacía atrás rápidamente. Jungkook bajó el rostro tan sonrojado como la primera vez.

-Hay un yatai de gyozas cerca ¿Quieres...

-Estoy muriendo de hambre -Se puso en marcha de inmediato, a lo lejos podía ver los puestos ambulantes de comida callejera bajo los cerezos y era mejor pensar en comida que en el nudo en su garganta.

-Solo estás nervioso -Descifro Namjoon con facilidad, siguiendo sus pasos.

-No es cierto, tengo hambre. Bueno... tal vez estoy un poco nervioso pero también tengo hambre

Por lo bajo, la risita de Namjoon alivió el 90% de todo el sufrimiento de los últimos días y él se atrevió a mirar a su lado para verlo sonreír calidamente.

-Lo hiciste genial hoy, Jungkook-ah. Hermosos yurchenkos

Jungkook apartó la mirada con otro sonrojo y chispas de orgullo en su pecho. No esperaba tener halagos esta vez, y de Namjoon valían el triple.

-Tu también, estuviste increíble, y Jimin hyung también

Ambos habían ganado oro esa mañana con las barras. Jungkook estuvo preparándose para su competencia y se lo perdió, pero se entero inmediatamente, Namjoon siempre estaba en su timeline.

-Gracias

Caminaron en silencio hasta el puesto y se sentaron en una banca lejos de bullicio de la ciudad cuando tuvieron montones de gyozas en sus manos. Se parecía mucho a antes, si se distraían lo suficiente, también se sentirían como antes.

The one prize (I'd cheat to win) [namkook] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora