Sueño #.2: El Amor por la Rosa.

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Había una vez... un jardín infinito donde las estaciones danzaban en un eterno vals y el tiempo no era más que una ilusión. El jardín era a menudo contemplado por una hermosa diosa de cabellos esmeralda, la cuál disfrutaba de todo ser que en el jardín habitaba. Su nombre era Eilífðir.
Un día, mientras Eilífðir paseaba por el hermoso jardín, sus ojos se posaron en una flor que nunca antes había visto. Era una rosa de un rojo tan intenso que parecía contener el mismo fuego de su corazón. La flor estaba sola, rodeada de un mar de verde, destacando como una joya entre gemas.
La diosa, cautivada por la belleza de la rosa, se inclinó para admirarla más de cerca. "¿Cómo es posible que exista algo tan perfecto?" se preguntó. La rosa, al sentir la presencia de Eilífðir, desplegó aún más sus pétalos, como si quisiera abrazarla.
Día tras día, Eilífðir visitaba la rosa, y con cada visita, su amor por la flor crecía. La diosa, que había inspirado amor en tantos corazones, ahora se encontraba hechizada por la simple belleza de una flor. La rosa, a su vez, parecía florecer aún más con cada palabra dulce que Eilífðir le susurraba.
El amor de Eilífðir era tan poderoso que la rosa comenzó a cambiar. Sus raíces se profundizaron, su tallo se fortaleció, y su aroma llenó todo el jardín. La flor no era solo una flor, sino un espejo del amor que la diosa sentía, un amor puro y sin condiciones.
Con el tiempo, la rosa se convirtió en un símbolo del jardín infinito, un recordatorio de que incluso los dioses pueden encontrar amor en las cosas más sencillas.

.Fin.

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