Cuentos de Alfheim.

Sueño #.31: Amor de Gris.

Había una vez, en el mágico reino de Alfheim, una hermosa princesa elfa llamada Mei, la cuál siempre era acompañada por un poderoso demonio llamado Crow. Él había prometido proteger a Mei en su búsqueda por su hijo, tras ser salvado por esta. Con el tiempo, Crow comenzó a sentir algo especial por Mei.
Cada mañana, Crow recogía las flores más hermosas del bosque y se las entregaba a Mei, quien sonreía agradecida. Por las noches, Crow solía cantar dulces canciones bajo la luz de la luna, llenando el corazón de Mei de alegría y amor.
Un día, Crow se armó de valor y le pidió a Mei que se casara con él. Mei, conmovida por su bondad y amor, aceptó. La boda fue una celebración mágica, llena de luz y felicidad.
Poco después, Mei y Crow acudieron juntos al majestuoso árbol de Lífstré, donde pidieron tener la bendición de una semilla. Tras cuidar la semilla con mucho esmero, esta germinó en forma de dos hermosas flores, una blanca y otra negra, dentro de las cuales dos pequeños y adorables bebés abrieron sus ojitos. Los niños eran una mezcla perfecta de la belleza de Mei y la fuerza de Crow.
El príncipe Vessla, ahora un joven sabio y valiente, se unió a su madre y a Crow en la celebración, formando una familia unida y amorosa. El rey Cevril, al ver la felicidad y sabiduría de su hija, decidió coronar a Mei como reina de Alfheim, para que ella guiara al reino hacia un futuro brillante.
El rey Cevril, satisfecho y orgulloso, pudo descansar, sabiendo que el reino estaba en buenas manos. Así, las nuevas generaciones tomaron su lugar, demostrando que el amor y la bondad siempre prevalecen.

.Fin.