Los interminables murmullos a su alrededor pasaron de fondo tan pronto Javier bajó del avión y su sonrisa se agrandó al ver su característica frase en todos los carteles. Fue seguido detrás por su hermana; karina y también el vocero; Manuel Adorni, quienes saludaron emocionados a la multitud. Por más que su mente luchaba por continuar en la realidad, su sonrisa se debía a la emoción de haber recibido varios besos en su cara antes de iniciar con su viaje, dejándole una sensación agradable en su pecho.
—¿Cómo le fue con la vicepresidente? —preguntó el vocero, inclinado cerca de Karina—, lo veo re feliz.
—Tiene que estarlo —sentenció Karina—, con esos besos debería estar re feliz.
—Ojala siga así —suplicó risueño. Siguió los pasos del presidente e ingresó al lugar donde se llevaría a cabo la reunión.
Todo transcurrió de manera excepcional, superando ampliamente las expectativas. El mandatario logró consolidar una alianza con uno de los países vecinos, lo que resultó en beneficios indiscutiblemente satisfactorios. A pesar de que sus reuniones no cesaron ni ese día ni el anterior, en su único momento de descanso, dedicó una hora de su preciado tiempo para enviarle a Bregman unas palabras sutiles por medio de un mensaje de texto, antes de entregarse al merecido descanso.
Aunque el amor estaba presente, quizás no fue suficiente para dar marcha atrás. Tal vez Myriam anhelaba actuar con rectitud, pero ponderarlo cuidadosamente no fue algo que llevó a cabo minuciosamente; en su lugar, actuó de forma impulsiva. Bregman alisó su cabellera rubia y observó a todos los senadores sentados frente a ella, aguardando a que el debate llegara a su fin, pues ya estaban exhaustos; la noche había caído. Finalmente, al revelarse los resultados de los votos en la pantalla, se mostró la mayoría de los votos a favor.
Al contemplar los resultados, Myriam experimentó una opresión en el pecho que le causó una angustia inimaginable. Se esforzó por mantener la compostura de forma profesional y concluyó su jornada en el congreso, anhelando finalmente liberarse. Con determinación, se puso en pie y, apenas llegó a su hogar, dejó caer su cuerpo exhausto en la cama, obligada a cerrar los ojos.
Fue una noche de fatiga extenuante, más allá de lo habitual o de lo que estaban habituados, sin embargo, esto no fue obstáculo para desempeñarse acorde a sus responsabilidades. Cuando la ley fue publicada en el boletín oficial, tras la aprobación y promulgación por parte del presidente de la Nación mediante un decreto, las señales adversas se manifestaron de inmediato. Durante una conversación en la reunión de gabinete, las modificaciones fueron evidentes al repasar la ley, a pocos días de entrar en vigencia.
—¿Malo en qué? —preguntó Javier—, la ley bases en ninguna parte menciona todas esas... Incoherencias, jamás haría algo así.
—Es lo que menciona, puede leerlo si gusta —mencionó un miembro, entregando el conjunto de hojas al mandatario.
El presidente escudriñó con seriedad a cada integrante de la reunión, percibiendo en todos ellos un atisbo de inquietud. Se ajustó los anteojos y revisó nuevamente su ley bases, quedando completamente consternado al encontrar exactamente lo mismo, salvo por una disposición que despertó su preocupación. La lectura lo sumió en la angustia, y sus pensamientos asaltaron su mente como un presagio de un posible ataque de ansiedad; nunca había contemplado incluir una modificación tan inquietante como la que sus ojos estaban leyendo.
—¡¿Cómo fue posible que lo hayan modificado?! —espetó el presidente—. La ley bases que yo di a conocer no menciona ninguna de estas porquerías, ¿una modificación de regulaciones financieras? ¿Para que beneficie una empresa vinculada conmigo? ¡¿Me están jodiendo?!
—No, es lo que dice ahí —respondió el jefe del gabinete; Guillermo Francos—, es sorprendente que esto se pudo haber modificado al menos... Un día antes de su votación, porque jamás he visto algún cambio antes de eso.
Javier, con la mirada fija en los papeles que sostenía entre sus manos y el ceño fruncido, clavó una mirada horrorizada en el jefe del gabinete. Pronto, todas las piezas comenzaron a encajar en su mente, formando un rompecabezas que lo angustió profundamente. Arrojó los papeles sobre la mesa y, antes de cubrir su rostro con ambas manos, se quitó los lentes en un intento por ocultar lo más preciado en él: sus sentimientos.
—Es lamentable lo que le hicieron, presidente —comentó otro miembro—, sea quien sea el culpable las tiene que pagar. ¿Quién pudo ser tan cruel de poner al pueblo en su contra?
—Silencio —susurró Guillermo, observando al mandatario.
—¿Dónde está la vicepresidente Bregman? —preguntó Javier, quitando las manos de su rostro—, llamenla ahora. Gracias por informarme de los cambios, doy por finalizada la reunión y seguiremos la charla el jueves.
Todos los presentes abandonaron el recinto en silencio, levantándose uno a uno y observando con inquietud al mandatario, quien permanecía de pie como si estuviera ajeno a la realidad. Una vez que el despacho quedó finalmente desierto, Javier buscó una forma rápida de aplacar su angustia, pero sus piernas se negaron a obedecer. Rendido, cayó en una de las sillas y recostó su espalda en el respaldo, cerrando los ojos como un mecanismo de defensa.
Por un instante, dejó de lado todo lo sucedido y se sumergió por completo en sus reflexiones. Finalmente comprendió el motivo detrás del comportamiento de Myriam: su distanciamiento. Ingenuamente, creyó que ella simplemente se estaba ajustando a él y a lo que había ocurrido entre ambos, pero en realidad, aquella mujer lo había engañado por completo. Una vez que logró obtener lo que deseaba, decidió desecharlo todo como si nunca hubiera significado nada.
Abrió los ojos y suspiró con angustia, luchando por encontrar calma, sabiendo que en cualquier instante ese dolor lo consumiría desde adentro. Al escuchar el golpe en la puerta, su expresión cambió de inmediato y dio la autorización para que la persona al otro lado entrara. Pronto, una cabellera rubia se asomó, y su corazón se retorció al verla serena e imperturbable.
—¿Qué pasó, por qué me llamaste? —preguntó Myriam, cruzada de brazos.
—¿Fuiste vos? —interrogó decepcionado, clavando su mirada en ella—, no me mires así porque sabes a qué me refiero, ¿vos cambiaste la ley bases?
—Las cambie para bien —respondió inpasible—, porque esa ley era un fra-...
—¡¿Beneficiar empresas inexistentes?! —interrumpió impaciente—. ¿Por qué pusiste al pueblo en mi contra? ¿Qué hice mal?
—Vos no... —Myriam retiró su mirada de su rostro y la colocó en un punto indefinido—, Javi vos no... Es por el bien de Argentina.
—El bien de Argentina —repitió irónico—, ¡eso dijeron por años y jamás cambiaron algo para bien! Allá, acá o en todas las argentinas que existan, ¡siempre la destrozaron con sus malos mandatos y creencias estúpidas!
—No me metas en esto, yo elijo proteger a mi Argentina y está decisión es para bien —contestó Myriam—, quieras entender o no.
—¡¿En qué la estás protegiendo?! ¡En nada! Yo no soy el parásito que la está destruyendo —insistió, se levantó de su lugar y apoyó sus manos sobre la mesa—. ¿Por qué me hiciste eso?
—Porque... Era necesario —confesó, bajando los brazos—. Tenés que entenderme.
—No, no te entiendo —susurró, apartando la mirada—. No sólo manchaste mi reputación, también me utilizaste como un peón. Jugar de esa forma es caer muy bajo.
—¡Dejá de hacerte la víctima! —ordenó molesta—, ¡vos también harías lo mismo que yo!
—¡Jamás! —respondió—, ni por tanto odio que te tenga, ¡jamás empezaría por jugar con vos! Fue un juego muy sucio por cierto, aberrante con todas las letras.
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En esta no, pero en otra sí | Milei x Bregman
Random(Javier Milei y Myriam Bregman): Un presidente y una diputada, enseñando su odio mutuo ante los medios como una tarea rutinaria, sin embargo, durante una noche de tormenta, un suceso inexplicable pasará. Un posible viaje a través de otro universo, v...