9. Sabor a miel, sabor a hiel

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Mi pequeño Jimin se veía tan asustado, había visto sus ojos de horror cuando el droide Minnie movió su cabeza.

También vi sus ojos agrandarse cuando Minnie había comenzado a chuparme la polla.

Mis conocimientos en ingeniería mecánica, electrónica  y robótica me habían ayudado a crear a Minnie, mi muñeco sexual, tal y como le había explicado a Jimin, era capaz de dar placer pero también podía recibirlo.

Jadee de satisfacción cuando mi polla entro en contacto con la suave silicona de la boca de Minnie pero mis ojos estaban fijos en Jimin, mi atracción principal en mi salón de juegos.

Él me veía con horror y desconcierto en sus bellos ojitos color miel mientras yo me enterraba en la boca de mi juguete sexual.

Me quería correr con urgencia, porque había estado excitado desde que lo vi en la habitación de cristal con ese traje que había preparado para él. También lo había hecho yo, todas y cada una de las prendas que tenía para mi dulce muñeco yo las había hecho para él. Y al verlo vestido así con ese ajustado pantalón y ese arnés de cuero en el pecho hizo que mi imaginación despertara sus oscuros deseos, mi polla se había  comenzado a hinchar.

Pero por supuesto que ahora no me correría en la suave boca de silicona de Minnie, tenía al verdadero aquí de rodillas y aterrado frente a mí.

Sonreí con ironía, le tenía ahí para mí.

Tenía al mismísimo protagonista de todos y cada uno de mis pensamientos sucios y deseos carnales frente a mí. Era hora de dejar descansar a Minnie por un rato y disfrutar de mi muñeco viviente.

Solté a Minnie y me acerqué a Jimin, él se hizo hacia atrás pero logré sujetarle de los cabellos tan sedosos, imaginaba que así de suave será su culo cuando me enterrara en su interior.

      —Ahh n-no, por favor.

      —Ohh por favor sí bebé. Abre esa boca por las buenas o por las malas.

Le jalé del cabello con bastante fuerza que le hizo soltar un jadeo de dolor.

Sus pequeños y bellos ojos comenzaron a llenarse de lágrimas rápidamente, y yo amaba eso. Amaba verlo aterrado, queriendo salir corriendo de ahí.

Lentamente abrió la boca y sisee de satisfacción cuando la punta de mi polla entró en contacto directo  con sus labios y su humeda lengua.

     —Si así muñeco, abre más  grande esa boquita.

Al parecer mi tamaño era demasiado para aquella pequeña boca de labios rosaditos, eso sin embargo, no me impidió irrumpir en ella de una sóla vez ignorando sus protestas y su llanto, tocando con fuerza su campanilla casi haciéndole vomitar.

Sus  ojos se pusieron aun más rojos.

     —Ahh mal-dición sí, pero que delicia —solté mientras arremetía con fuerza en su boca.

Eso era mejor de lo que me había imaginado, mucho mejor que Minnie y eso que mi juguete sexual era un experto en mamadas y otras cosas.

Se sentía tan bien, tan delicioso, tan incorrecto.

Jimin mientras tanto se ahogaba con cada empuje mío en su garganta. En un momento rápido él se hizo hacia atrás y se sacó mi polla de la boca y negó, llorando.

     —No, p-por favor señor Min no más. N-no puedo más.

Estaba por correrme, casi estaba listo pero no… el niño se sacó mi polla que palpitaba dolorosamente arrancándome un jadeo de frustración al no poder hacerlo.

❀𝔇𝔞𝔯𝔨   𝔒𝔟𝔰𝔢𝔰𝔰𝔦𝔬𝔫❀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora