20. Bajando al infierno

789 132 88
                                    

Mi mente no supo cuanto tiempo me quedé ahí escondido, solo podía ver espirales dentro de mí cabeza girando y girando sin parar gracias al dolor que me había quedado, haciendo que me mareara aún más... hasta que abrí mis ojos y volví a escuchar su voz de monstruo.

     —¿Jimin? Jimin cielo ven a jugar conmigo. ¿Por qué te escondes niño hermoso? Yo solo quiero jugar ¿ya no quieres que juguemos?...

¿En qué momento había bajado al infierno?

Negué frenético escondido bajo la cama, no quería jugar, no me gustaban sus juegos, me dolía mucho cuando jugábamos, dolía cuando metía esas cosas dentro de mí.

     —Oh Jimin de mi vida ven con papá Jung, nos vamos a divertir mucho...

Un sollozo se escapó de mi boca, mi mano pequeña y temblorosa trató de acallar los sonidos aterrados.

¿Dónde está papá Jin? ¿Por qué no viene a buscarme? ¿Dónde están mis papás?

Los pasos del señor Jung hacían eco en la habitación en la que me encontraba,  era la habitación de Hoseok el hijo adolescente de papá Jung, así le gustaba que le llamase, él nunca estaba porque estudiaba mucho pero creo que no le molestaría si me escondo debajo de su cama un momento,  porque no quiero jugar más con papá Jung   ya no.

Dejé de escuchar sus pasos y mi cuerpo se relajó, abrí mis ojos y solo podía ver parte de la habitación en penumbra.  Mi mano dejó de tapar mi boca porque ya no podía respirar. Relajé mi cuerpo,  seguro aquí no me encontraría, él y su hijo no mucho se llevan bien. 

Solté un suspiro un poco más calmado seguro papá Jung se había cansado de buscar. No sé cuanto tiempo estuve ahí, pero cuando supuse que no había más peligro comencé a salir de mi escondite a gatas, arrastrándome por el piso.

Toda la habitación estaba a oscuras, di un par de pasos hacia atrás y entonces mi boca fue tapada con fuerza con una mano grande, traté de gritar pero era inútil.

     —Te encontré... eres un niño muy travieso y papá Jung está molesto.

Escuché como la puerta se cerró a nuestras espaldas y entonces supe que volvería a pasar.

Mi cuerpo pequeño y frágil fue lanzado sobre la cama de Hoseok y luego de nuevo el peso sobre mí, el cuerpo de papá Jung pesaba y me quedaba sin respiración cuando se movía así sobre mí además su mano tapando mi boca, no podía gritar ni llorar ni hacer nada.

¡Por favor! ¡Papá Jin! ¡Padre Nam! ¡Por favor,  que entre Hoseok Hyung, que venga quien sea!

Mi respiración se volvía rápida y creía que mi corazón se podía salir de su lugar.

Cuando papá Jung acabó me besó con sus fríos, secos y rasposos labios como siempre lo hacía, pero ésta vez tenía algo extraño en su mirada, sonreía más feliz que nunca.

     —Eres mío pequeño Jimin, y hoy voy a marcarte como mi propiedad.

Negué sin embargo eso no serviría de nada.

     —N-no, por favor papá Jung,  me duele.

Alcancé a ver cuando tomó la pluma que había sobre el escritorio de Hoseok,  quizá había estado haciendo su tarea con ella y la examinó con aquella sonrisa maníaca, después sacó su encendedor de su bolsillo y con la llama calentó la punta de la pluma.

     —Te verás hermoso ya verás. 

     —M-mis padres van a ver y van a saber todo...

Soltó una carcajada que logró helarme completamente.

❀𝔇𝔞𝔯𝔨   𝔒𝔟𝔰𝔢𝔰𝔰𝔦𝔬𝔫❀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora