16. Abrazando al monstruo

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Furioso, así era como me sentía con Jimin.

Había osado burlar mi sistema de seguridad, en su habitación.

¿Cómo rayos lo hizo? No tengo idea, pero eso no me importaba de todos modos podía salir de su habitación pero jamás de la casa. Mi fortaleza malévola estaba tan bien construida que no podía si quiera penetrarla un gato callejero.

Pero ahora eso era lo de menos.
Habia pasado la mañana en la oficina de mi casa trabajando en los últimos detalles de un nuevo juguete que se iba a presentar el Lunes en la fábrica.

Si, aún había trabajo por hacer. Que Jimin estuviera perdido no detenía la producción de juguetes de Toys Core Company.

Aunque dos días más habían pasado desde que Jang Yi Jeong había llegado a mi casa y volvía todos los días sin falta, y también todos los días salía algo nuevo de Jimin en las noticias.

Habían encontrado a los dos tipos a los que yo había pagado para sacar a Jimin del club aquella noche, afortunadamente ellos habían estado tan drogados que no recordaban nada. La policía los había entrevistado y ellos apenas podían recordar haber estado en ese lugar.

Bien para mí, la investigación del detective Jung parecía estancarse.

Aunque aún no había podido corroborar mi coartada, había hablado con Jang por teléfono para poder entrevistarlo a él.
Pero por ahora la furia que fluía por mis venas era por culpa de Jimin.

Lo tenía ahora justamente en mi oficina mirándome fijamente con sus ojos de cachorro perdido y asustado gracias a que le había golpeado y gritado, pero en mi defensa, estaba enfadado.

Quería escaparse de mi… ¡De mi!
Además se había lastimado en el intento.

Uno de sus dedos estaba herido.

Mis ojos oscuros perforaban duramente a Jimin quien temblaba de pies a cabeza sin poder responder a lo que yo le había preguntado.

      —Responde Jimin, ¿planeabas escaparte de mí?

Asintió, aún con temor pero había dicho que si.

Un furor irreconocible y casi demoniaco se apodero de mí, sin dudarlo arrinconé su cuerpo contra la pared y mis manos se cerraron intempestivamente alrededor de su precioso cuello, algo que me encantaba hacer y no dejaría de hacerlo, ver como sus ojos se tornaban rojos y comenzaba a jadear por aire para sus pulmones.

      —¿Por qué mierda? ¿Por qué te quieres escapar? ¿No estás bien aquí conmigo? —Pegué mi frente a la suya mientras él seguía tratando de respirar y soltarse de mi agarre, con mi otra mano acaricié dulcemente su mejilla—. ¿Por qué muñeco, por qué? ¿Acaso no ves cuanto te amo?

Negó, tenia ambos ojos abnegados  en lágrimas.

      —¿No lo ves claro Jimin? Te amo, tu eres mío, joder, sólo para mí y no vas a irte ¿Entiendes? Tú jamás vas a irte de mi lado. Eres mío, eres mío, mío, sólo mío —Mis susurros se combinaban a la perfección con sus jadeos lastimeros de dolor.

Una mezcla estrafalaria y bellísima para mi.

No estaba tan consciente, podía hacerle daño pero no me importaba en ese momento, estaba violentando mi propia naturaleza pero no podía parar, porque simplemente el pensar que Jimin quería  irse, alejarse y dejarme sólo me aterraba más que la propia mezquindad en el ser dentro de mí.

Jimin me odiaba era comprensible pero muy dentro de mi había algo, no quería perder tiempo en probar, más allá de la duda razonable que  lo que Jimin podía sentir por mí no era más que asco y desprecio, odio más que nada porque lo había alejado de su familia y lo tenía encerrado aquí en su caja de cristal. Pero mi monstruo no lo quería aceptar, estaba tan cegado.

❀𝔇𝔞𝔯𝔨   𝔒𝔟𝔰𝔢𝔰𝔰𝔦𝔬𝔫❀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora