44. ¿El cielo o el infierno?

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Ahora íbamos una vez más en la carretera de regreso a la ciudad, Jungkook iba dormido en la parte de atrás del automóvil con sus piernas sobre el asiento de al lado.

Yoongi me había dicho que cuando lo desató en el sótano había salido corriendo por la puerta principal en medio de la nevada y que lo encontró desmayado a sólo unos cuantos pasos.

Me da algo de pena por él porque la manera en la que presenció estas cosas no estaba nada bien de hecho el plan era que ninguno de mis amigos lo supiera nunca, ¿Qué fin tendría exponerlos en esto? Ninguno. 

Pero las cosas se dieron de ésta manera. Según Yoongi,  Jungkook venía en el maletero del viejo sarnoso  cuando los Yang lo habían sacado del camino. La pregunta era ¿Por qué? ¿Qué había hecho que Jungkook se acercara a él?

Ya lo averiguaria.

Mis ojos también querían cerrarse por instantes pero yo los obligaba a estar abiertos en todo el camino,  no reconocía nada obviamente ya que al venir me traían desmayado.

No nos tomó mucho tiempo en llegar al centro de la ciudad y para ese entonces Jungkook ya había despertado y observaba las calles a través de la ventanilla.

Una vez Yoongi hubo estacionado su auto frente a la casa de Jungkook todo se volvió tensión una vez más entre Jungkook y yo.

     —Ya te puedes bajar niño —ordenó observándolo por medio del retrovisor. 

Jungkook le desvió la mirada y sus ojos me enfocaron a mí.  Me incorporé y me pasé para atrás sentándome a su lado.

     —Kookie,  quiero que entiendas que nada de lo que has visto puedes decirlo, ¿Me entiendes? Yoongi te dejó vivo porque se lo pedí, no hagas nada estúpido nuevamente.

Se quedó observándome en silencio por una fracción de segundos que parecía eterno. Por último asintió.

     —Comprendo tus motivos Jimin,  más no los comparto, aun así no quiero estar involucrado en ésta mierda. No diré nada. ¿Tú no iras a casa verdad?

Negué

     —Aún tengo mucho por hacer Kookie pero volveré lo prometo. 

Asintió dándome un corto abrazo y después se bajó del auto, observé como abrió la puerta de su casa y se perdió en ella, Yoongi volvió a poner en marcha su auto y volvimos a perdernos por las calles de Seúl.

Aún habían muchas cosas por hacer pero ahora con Yoongi de mi lado ayudándome todo iba a ser más fácil. Lo que no sabía era cuándo acabaría nuestro romance macabro, sinceramente no esperaba quedarme mucho tiempo,  tenía planeado irme lejos, lejos del país y de todos al  acabar con todo.

Llegamos hasta su extraña pero fascinante Quadrant House y metió en auto adentro en el Garaje,  aún debía tener precaución de que las cámaras de seguridad no me captaran bajando de su auto.

Una vez más adentro de aquella casa pude respirar con tranquilidad,  parecía como si esa casa fuese la mía y no la mansión Kim.

     —Ve a ducharte y descansa un poco, dentro de unas horas reunete conmigo en el salón detrás del retrato. Tengo un par de cosas que hacer, de trabajo.

Era como volver a estar en ese juego de esclavo y dueño porque automáticamente asentí y comencé a caminar para mi habitación. 

No tenía idea de lo que iba a pasar a partir de aquí. Estaba consciente de que Yoongi sabía que me dejé atrapar por él porque así era mi plan, pero también sabía que no podía irme de esa casa así como así,  aun creía que Min Yoongi era un psicópata de cuidado no quería acabar muerto realmente.  Además, aún lo necesitaba, mis planes todavía no terminaban.

❀𝔇𝔞𝔯𝔨   𝔒𝔟𝔰𝔢𝔰𝔰𝔦𝔬𝔫❀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora