Capítulo 107.

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28 de Abril 2023.

Bakú, Azerbajian.

¿Cómo es que el tiempo pasaba tan rápido?

Fue lo que pensó Deva mientras veía su vientre ahora sí, ya crecido.

Llevaba ya dieciséis semanas de embarazo y había pasado el primer trimestre con éxito, aunque sabía que aún le quedaba un largo camino por recorrer.

-¿Crees que ahora si ya se nota? –Preguntó Deva mientras se veía al espejo con su uniforme –Pedí una playera más grande, pero creo que mi panza ya no se ve como una simple inflamación.

-¿Por qué te preocupa tanto eso?

-Es solo que, a pesar de que me gustan ser consentida, odio que ya me estén dejando de lado, ayer Silvia no me dejó grabar el track walk porque me quedé dormida y hoy me ha mandado un correo diciendo que en dado caso de que Charles o Carlos consigan la pole, enviará a Lucia al frente para que yo no tenga que correr.

-Mi amor, solo buscan cuidarte.

-Estoy embarazada, no incapacitada, además, tú mismo oíste a la doctora Harts, debo estar en movimiento.

-Sí, pero ella se refiere a caminatas de no más de media hora, no a que estés corriendo por todo el Paddock, además creo que deberías agradecer la consideración de Silvia, bien sabes que un embarazo gemelar es más desgastante.

-Supongo que sí, pero dime ¿Se nota mucho con está playera?

-No, es lo suficientemente grande.

-Bien, entonces me quedo con esto, por cierto yo creo que van a ser niñas.

-¿En serio? ¿Por qué?

-Por lo que dijo la doctora, de que mi vientre sería pequeño si son niñas y grande si son niños.

-Amor, apenas tienes tres meses y tu pancita aún es pequeña, aunque tú digas que no.

-Bueno, mejor démonos prisa.

-¿Te pongo tus tenis?

-Aún puedo agacharme, quiero hacerlo mientras pueda.

-Bien.

La relación de Joe y Deva a pesar de que por la superficie se veía como "perfecta", lo cierto es que la embajadora solía sentirse de vez en cuando incomoda ante las atenciones excesivas que el castaño le brindaba y solían pelear de vez en cuando.

La pelinegra solía irritarse con facilidad y tenerla de mal humor no era muy agradable, por eso Joe tenía que luchar todos los días contra las hormonas de su novia y tratar de leer su mente para tenerla contenta.

-¿Llevas todo? –Preguntó Joe.

-Sí, vámonos.

Bajaron al lobby y veinte minutos después, llegaron al circuito.

El rumor del embarazo ya se había esparcido por toda América y toda Europa, por lo que las cámaras, seguido los enfocaban.

Durante la práctica, la periodista metió un par de dulces de contrabando debido a que no pudo resistirse al antojo y al terminar su nota, tomó una siesta aprovechando que tenía a Lucia para que la cubriera en la reunión.

-Bien, eso es todo –Dijo uno de los ingenieros y la italiana recogió sus cosas.

-Lulu, ¿Podemos hablar? –Le pidió Charles.

-Deva me espera.

-No es cierto, sé que está dormida.

-Charles...

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