Capítulo 105.

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En cuanto Deva llegó al hotel, corrió a su habitación ya que se le había hecho algo tarde y no quería hacer esperar a sus invitados de aquella noche.

-Estaba por llamarte, creí que llegarías hace media hora –Dijo Joe en cuanto la vio.

-Sí, lo siento –Respondió ella y comenzó a desvestirse –La falla de Charles requirió más atención de la que creímos, pero al menos logramos detectar todo a tiempo.

-Ya veo, por cierto, llevé de compras a mis padres.

-¿Por qué? –Tomó el vestido que había planeado y siguió arreglándose.

-Creímos que les vendría bien un guardarropa nuevo.

-Juro que a pesar de que hoy es una noche importante, mi orgullo italiano se antepondrá ante todo, no puedo creer lo que hicieron mis abuelos –Terminó de vestirse y se sentó en el tocador para empezar a maquillarse.

-Amor, no puedes enfadarte con tus abuelos, son tu familia.

-Claro que puedo, tus padres pronto también serán mi familia, no les voy a dar la espalda.

Joe se acercó y la abrazó por detrás.

-En serio amo que te preocupes por ellos, pero mis padres también tienen que entender que tienes una cultura y estilo de vida diferente, nuestro compromiso y próximo matrimonio va a unir lo mejor de ambas familias, nadie debe cambiar, solo progresar.

Ella suspiró y dejó las cosas a un lado.

-Estoy nerviosa.

-Yo también estoy nervioso, pero te prometo que todo saldrá bien.

-De acuerdo.

El castaño dejó un beso en su mejilla y luego se alejó, tomó los zapatos que ella usaría y le ayudó a ponérselos.

Tomaron sus abrigos, la bolsa de ella y salieron.

-Ya vamos diez minutos tarde –Comentó Deva preocupaba y Joe apretó su mano buscando darle consuelo.

Se adentraron en la camioneta y quince minutos más tarde, bajaron en el restaurante en dónde ya se encontraban sus familias.

-Lamentamos la demora –Se disculpó Joe en cuanto llegaron a su mesa y le abrió el asiento a su novia.

-Corinne –La reprendió Eloise.

-Lo siento –Respondió ella un tanto apenada.

Los meseros llevaron los platillos que la pareja había reservado y la plática comenzó a fluir en la mesa, iniciando con Chris y la buena temporada que llevaba con el City, siguiendo con Dan quién emocionado explicó que tenía muy buenas esperanzas para el equipo que estaba entrando y poco a poco todos tuvieron su momento para hablar sobre lo que estaban haciendo o sobre sus proyectos.

-Tío Joe, ¿Por qué los abuelos de Deva si pueden viajar mucho y los tuyos no? –Preguntó uno de sus sobrinos.

-Bueno, sus abuelos son un poco más jóvenes, además de que cuidan mucho su salud y por eso aún tienen la energía para viajar.

-Cuando yo sea grande, quiero ser igual que ellos.

-Haz ejercicio y come bien, solo así podrás lograrlo –Le dijo Richard y el niño sonrió.

-Bueno, creo que es hora del postre ¿Qué opinan? –Preguntó Deva y todos asintieron, ella hizo una seña y gracias a los meseros, una caja fue colocada en frente de cada uno –Antes de que la abran, hay algo que queremos decirles –Dijo y se levantó junto a Joe.

El castaño se aclaró la garganta y suspiró.

-Esperamos que disfruten de este momento dulce, tanto como nosotros lo hicimos, por favor, ábranlas.

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