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El inicio de la guerra (2)- Aegon II Targaryen

Rhaenys mira como coronan a Aegon ante las masas, como le colocan la corona del conquistador, le otorgan la espada del conquistador y la daga que todos los reyes han portado. Según la reina madre, Alicent, en su lecho de muerte el difunto rey Viserys nombro como heredero a Aegon diciendo que este debía reinar.

—Que el guerrero le dé valentía —exclama en voz alta el septón supremo esperando que todos puedan escuchar en pozodragón, aunque solo las primeras filas podían debido al tamaño del lugar —Que el herrero le dé fortaleza a su espada y escudo. Que el padre lo defienda en su necesidad. Que la anciana levante su brillante lámpara e ilumine su camino a la sabiduría —una marca en su frente con agua bendita hace que Aegon sienta todo mucho más presente.

La corona del conquistador es puesta en su cabeza por Lord comandante Criston.

—La corona del conquistador ha sido pasada por generaciones —declara el capa blanca —Que los siete sean testigos que Aegon Targaryen es el verdadero heredero al trono de hierro.

Aegon se levanta con ayuda del septón y mira como todos sus familiares agachan la mirada ante él, pero a él ahora rey solo le importaba lo que hiciera su esposa.

Daena se sitúa a un lado de su esposo dándole un beso en los labios, algo breve pero significativo. Aegon es quien quita la corona de la cabeza de su madre para ponerla sobre la cabeza de su esposa.}

—Mi reina —susurra con una pequeña sonrisa.

Ambos toman sus manos y las elevan a lo que la multitud aplaude fuertemente.

—El rey Aegon, segundo con el nombre, rey de los Ándalos y de los Rhoynar, y los primeros hombres, señor de los Siete Reinos y protector del reino, junto a su esposa, la reina consorte Daena Targaryen.

El pequeño Jaehaerys de la mano de Rhaenys se pone en frente de sus padres algo tímido mientras abraza las piernas de su madre y apoya su frente contra el vientre de la reina.

—Y el príncipe heredero, Jaehaerys Targaryen, príncipe de Rocadragón.

***

La primera reunión oficial del pequeño consejo del rey Aegon II Targaryen se llevaba a cabo causando nerviosismo en las mujeres presentes y en Lord mano debido a que sabían la guerra que se venía.

—Mandemos a los Stark suministros para el invierno, y una propuesta de matrimonio —sugiere la reina Daena sentada a un lado de su esposo que mantiene su mano en su vientre —Jaehaerys y Jaehaera se casaran cuando lleguen a la edad, pero puede que el bebé que viene en camino sea una niña o si Lord Cregan lo desea puede desposar a la princesa Helaena.

—Casar a Helaena no es una opción —se niega Alicent.

—Si Helaena se debe casar o no, es mi decisión —recuerda Aegon a su madre —Yo soy la cabeza de la familia ahora, yo decido que sucederá con sus futuros matrimoniales.

Rhaenys se siente algo incomoda en el puesto que se le fue concedido en el consejo por mientras que Lord Corlys está indispuesto.

—Mi primo, Lord Borros Baratheon es un hombre muy interesado. Deseará un matrimonio para sus hijas.

—La reina Daena tiene sangre Baratheon gracias a usted, princesa Rhaenys —Aemond juega con la bola de cristal que está frente a él —Los cachorros Strong de nuestra media hermana no, quizás recuerde eso.

Rhaenys se queda en silencio, sabe que para la seguridad de sus nietas necesita estar del lado de su nieta mayor. Daena mira a Lord Larys que tampoco dice nada, siempre le causo curiosidad su opinión sobre los príncipes "Velaryon".

Las puertas se abren dejando ver a uno de los mellizos Cargyll, Sir Arryk.

—Majestades, altezas, lamento la interrupción, pero tenemos desertores —avisa con el aliento cortado.

—¿Quienes? —cuestiona Lord Comandante Criston.

—Sir Harrold, Sir Erryk y dudo que Sir Lorent y Sir Steffon le den la espalda a la princesa Rhaenyra, han pasado años cuidando de esa rama familiar —nombra a los fugados —Se han llevado la corona del rey Viserys.

Uno de los maestres pupilos del gran maestre Orwyle entra con una carta para la princesa Rhaenys. La princesa lee rápidamente la carta y luego se la entrega a su nieta.

—Lord Corlys navega hacia la capital —da la noticia con una sonrisa —Dará sus condiciones para tener su lealtad. Probablemente pida protección por los prometidos de mis hermanas menores y ayuda en su guerra contra la Triarquia.

Otto pone unos imanes en el mapa de los 7 reinos que hay en una pizarra con los aliados.

—La casa Lannister lo apoya, majestad —asegura Tyland Lannister —No olvidaremos el privilegio que me concedieron y me siguen concediendo al estar en este consejo ahora como consejero de la moneda.

Daena quita sus lágrimas al recordar la noticia que le dieron sobre que Lord Beesbury falleció de un infarto al escuchar la noticia de la muerte del rey.

—Quizás podamos ganar una alianza con Dorne, sé que la princesa Martell acaba de tener una niña que se podría casar con algún futuro príncipe Targaryen —sugiere Lord Mano.

El sonido de un dragón los alarma, pero al ver que es de color azul pueden calmarse al saber que es Daeron con Tessarion.

—Entreguemos de manera formal las noticias a la princesa Rhaenyra y a mi padre, esperemos que sienta suficiente amor por mi para no desatar su ira. Asegúrenles puestos en la corte y construyámosles un castillo en los Peldaños si es que mi padre ayuda con esa guerra, así mi medio hermano Aegon "el menor" puede heredar con el tiempo. Hay que ser gentiles, mi madrastra está en cinta y no quiero que sufra algún problema.

Aegon ya se estaba aburriendo y su esposa no le permitiría tomar vino tan temprano. Mira la mesa del consejo y luego mira a su esposa, y así varias veces.

—Retírense —ordena.

—Majestad, debemos seguir planeando...

—Mantengámonos diplomáticos, sin sangre por el momento, quizás un par de amenazas.

Todos se levantan para retirarse, pero Aegon agarra la mano de su esposa y la sienta en su regazo. Ve como sale el ultimo guardia dejándolos solos.

Besa su mejilla con diversión.

—Deberíamos mandar a hacer otras coronas —dice Daena —Estas pertenecieron a otras personas.

—¿Quieres estrenar la mesa del consejo? —pregunta con gran entusiasmo.

—¿Acaso escuchante lo que dije?

—Si, luego mandamos a hacer otras coronas, pero ahora deseo follarme a mi esposa.