Segunda esposa (3) -Rhaenyra Targaryen.

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La muerte de Laena Velaryon llego muy rápido, la familia Targaryen para presentar respeto tuvieron que viajar a Driftmark donde se tirarían las cenizas de la mujer al mar.

Lynesse tiene abrazada a Helaena a su lado y al otro tiene a su pequeño Daeron que regreso de Antigua junto con su abuelo para el funeral, pero el Targaryen se tendrá de devolver lamentablemente.

Aegon resopla aburrido recibiendo una mala mirada de la nueva mano del rey, su abuelo Otto. Tras la muerte de Lord Strong y Sir Harwin en Harrenhal hace pocas lunas, Otto Hightower volvió al puesto que solía tener.

Aemond mira a Jacaerys al poder entender el discurso de Vaemond Velaryon, el chico se sentía mal por sus sobrinos. Mira a su madre un momento, pero luego desvía la mirada hacia su tío Daemon quien se puso a reír recibiendo malas miradas.

Luego del incomodo funeral, todos los invitados y familiares van a uno de los patios más grande del castillo de Driftmark donde se empiezan a dispersar por el lugar.

Lynesse no duda en acercarse a Daemon para poder proponerle algo que había hablado con Viserys desde que se enteraron de la noticia.

—Príncipe Daemon.

—Alteza —corresponde el saludo dándole una sonrisa coqueta a lo que la reina lo mira mal —¿Qué?

—Tú esposa falleció y estás en su funeral, guarda respeto —señala mientras camina seguida del hombre hasta una parte más alejada de la gente, aunque siguen a la vista porque Lynesse debe vigilar a sus niños —Seguirá siendo la madre de tus hijas.

—Este funeral se volvió un chiste en el momento en que están más enfocados en la paternidad de los hijos de Rhaenyra que en guardarle luto a mi esposa quien siempre seguirá siendo la madre de mis hijas.

Lynesse lo mira con tristeza, ella siempre se imaginó lo que sería perder a Viserys, por más que no hubiera una relación romántica entre ellos, se amaban, pero también sabía que por ese mismo amor y el amor que le tiene a Rhaenyra tiene que ser fuerte para apoyar el reclamo de su amada.

—Ven a la capital con las niñas, eso las ayudará bastante.

—¿Las ayudará a ellas o a ti?

Claramente Daemon estaba a la defensiva, pues había hecho sus cuentas sobre la paternidad de uno de los hijos de la esposa de su hermano.

—A ustedes, las niñas necesitan una figura materna y amigos. No digo que hay que buscar un reemplazo de Laena porque eso nunca podrá suceder, pero necesitan alguien con quien apoyarse y tú igual. ¿Qué mejor lugar que con su familia? Considéralo.

—Lo hablaré con ellas.

Aemond mira a su madre para luego acercarse a Jacaerys dándole un apretón en el hombro, y luego mira a sus primas.

—¿Quieren? —pregunta mostrándoles una canasta llena de varios postres de la repostera personal de la reina y la princesa heredera.

Baela niega con sus ojos llorosos y aparta la mirada, Laena asiente con una débil sonrisa aceptando una porción de pastel. Jace se gira y agarra dos sillas para él y su tío, así se pueden sentar a comer.

Daemon mira lo que sucede con sus hijas y no puede evitar sonreír.

—Pensé que Aemond era al menos un año menor, pero resulta que fue concebido tiempo antes del matrimonio de Rhaenyra. Y si mi memoria no falla...

—Daemon —la reina advierte para darle una mirada a sir Criston que está atento de Helaena y Daeron —No olvides que hablas con tú reina.

Rhaenyra al ver como su querida está algo tensa no duda en acercarse a ella y tomar su brazo formando un gancho.

One shots de ASOIAF (Pedidos abiertos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora