Fallen Star

Costume night

31 de octubre.

- Espero que este año Lorelai si pueda venir a la cena.- habló Emily.

- Su trabajo ocupa mucho tiempo, Emily.

- Debería tener tiempo para nosotros.

- Mi papá tiene razón, a parte ella también tiene cosas que hacer.

- ¿Que cosas podrían ser más importantes que un cena familiar?.

El timbre sonó y yo miré a mis padres.

- Yo abro.- sonrei.

Me pare de mi asiento y me dirigí a la puerta, Alice ya iba a abrir así que me acerqué para abrir yo. A fuera estaba Louise en pijama, llevaba dos mochilas y tenía una sonrisa en su rostro.

- ¿En donde está Madeline?.

- Con su novio.

- ¿Paris va a ir?.

- A las únicas fiestas en las que va Paris son a las de sus padres.

- ¿¡Por qué tardas tanto!?.- gritó mi madre.

- Emily lo sabe, ¿verdad?.

- No recuerdo habérselo dicho.- hice una mueca.

Tomé la mano de Louise y la pasé, Alice cerro la puerta. Al llegar a la sala mis padres se sorprendieron de verla.

- Louise... ¿que haces aquí?.

- Es una pijamada.- respondi yo.- Sus padres están de viaje y no es adecuado que Louise se quede sola en casa así que le ofrecí quedarse aquí.- mentí.

- Pero hace unos minutos hablé con tu madre y estaban en tu casa.

- Es un viaje corto.- respondió Louise.- Y... no quería estar sola.

- ¿Puede quedarse, papá?.

Richard siempre me hacía caso en cada cosa que pedía, o al menos en lo material (excepto sus libros, ni siquiera me dejan tocarlos). Tal vez era porque no ponía atención en las cosas que le pedía o porque le hartaban mis berrinches, pero siempre me terminaba dando todo.

- Esta bien, Leigh.- respondió mirando su periódico.

- Gracias.- sonreí entusiasmada.

- Le llamaré a tu madre para avisarle que estás aquí.- informo Emily.

- Suena perfecto, señora Gilmore.

Ambas nos dirigimos a las escaleras.

- ¡Leigh!.- volvió a gritar Emily, yo rodé mis ojos y cansada me dirigí a la sala.

- ¿Ocurre algo?.

- ¿Ya se irán a dormir?.

- Es una pijamada y son las ocho de la noche.

- Ni siquiera has terminado tu comida, ¿Louise ya comió?.

- Ella ya comió, mamá, y yo no tengo más hambre.

- No le diste ni un bocado.

- Ayer comí mucho.

- Le diré a Alice que suba a darles un poco de fruta, o al menos un café.

- Esta bien.

- ¿Ya no volverán a bajar?.

- No lo creo.

Me di la vuelta para volver con Louise, y ambas subimos a mi habitación. Yo cerré mi puerta y acomodé las cosas de Louise en un sillon que estaba a lado de la puerta.