El mejor de mis errores

CAPÍTULO 12

ESRA

Apenas pude pegar ojo en toda la noche. Logré dormir casi al amanecer. Mi mente estuvo saltando de un pensamiento a otro, desde hace mucho que no me pasaba eso y las ideas que venían a mi mente solo me hicieron perder el sueño. Todo por culpa de esa niña.

¿Qué cree que está haciendo?

Si pretende jugar a algo conmigo, tendré que dejarle claro que las cosas no se van a dar como ella lo espera.

Me doy un baño antes de bajar a desayunar, antes paso por la habitación de Abbie para buscar a Daisy, pero no están.

Bajo a la cocina y encuentro a Beth con mi hija en el sofá. La tiene en sus piernas mientras ella ve las caricaturas y veo que de Elizabeth si se deja hacer coletas.

—Mami —sonríe al verme y se lanza a mis brazos.

—¿Dormiste sola, pequeña florecita? —le pregunta Beth.

—Con Bee —responde mi hija con inocencia.

—Eres una completa idiota, Elizabeth Windsor.

—No digas esas cosas frente a la niña —dice haciéndose la ofendida, pero Daisy está muy concentrada en sus caricaturas.

Abbie y Aubrey ingresan en la sala y los ojos de Abbie fulminan a Elizabeth. No suelta a Aubrey en ningún momento y Elizabeth finge que no le importa. Pero una mirada de Aubrey basta para que ella se levante y se pierda por el pasillo.

—Ve a bañarte —le dice Aubrey a su hija —y despierta a tus amigas, estuvieron charlando hasta muy tarde.

Ella no me mira y tampoco es que me importe. Recibo una llamada de uno de mis estudiantes del último año y la tomo porque dije que podía llamar si surgía algo importante.

Me alejo dejando a Daisy sobre el sofá. Hablo con mi estudiante para darle algunas instrucciones sobre lo que debería hacer con su trabajo.

Me tensó al sentir unas manos en mi cintura y al girarme veo a Abbie observándome con seriedad.

—¿Qué haces? —susurro apartando el celular.

—¿No que respeta la línea entre estudiante y profesora? —pregunta alzando una ceja.

—No es tu asunto —vuelvo mi celular a mi oreja —arregla esos pequeños detalles y envíame una copia...

—No enviarás nada —Abbie me quita el celular de las manos —estamos disfrutando de unas vacaciones en familia, así que como solo eres un estudiante más, respetaras las vacaciones. —me vuelve el celular y entra en la cabaña dejándome estática por un momento.

Logró reconectar todas mis neuronas y entro detrás de ellas.

—¿De que va todo esto, Graham? —preguntó molesta —no tienes derecho a hacer ese tipo de cosas. ¿Quien te crees?

—No soy nadie para usted, así como usted tampoco lo es para mí y me da igual con quien se acueste o con quien habla —abro la boca sorprendida por su descaro —pero su hija —apunta a Daisy —su hija si quería venir aquí para disfrutar con su madre. Así que cumpla con la promesa que le hizo —su mirada esta oscurecida y el tono en el que habla, me dice que no está jugando en este momento. —Usted no tiene idea de lo que siente una niña de esa edad cuando su madre no le presta atención.

—Abbie —Aubrey aparece —ven.

Toma sus manos al notar que comienzan a temblar un poco.

—Ven aquí, cariño —la abraza. —todo está bien, Daisy no está sola. Seguro que Esra le presta mucha atención a su hija —le susurra —no todas las madres son como esa mujer —le da un beso en las mejillas —yo no soy ella, ¿si?