El mejor de mis errores

CAPÍTULO 28

ESRA

La llegada de Abbie a mi vida ha traído mucho caos a mi vida, pero no es algo de lo que deba preocuparme, a menos que intenten hacerle daño a ella. Esta noche me reuniré con Jess y mi abogado estará presente, después de lo ocurrido con Abbie hace unos días, tome decisiones justas para ella y para Daisy, no quiero que metan a mi bebé en problemas, para ella su mami es Abbie y así se quedará.

Preparo todo lo que el abogado me pidió y lo meto todo en una carpeta, Daisy entra a mi oficina y noto que está algo extraña, tiene sus ojos vidriosos.

—¿Que pasa, corazón? —extiende sus brazos hacia mi y al tomarla en mis brazos puedo notar que tiene temperatura.

—Quiero ir con Bee —dice abrazándome —. ¿Puedes llamarla?

Busco mi celular para llamar a su doctora y le indico el estado de Daisy, me pide que la lleve a la clínica y le envío un mensaje a Abbie con la dirección. También le mando uno al abogado para informarle que surgió algo y le avisaré si cancelo el encuentro o llego un poco retrasada.

Le pido a la niñera que prepare las cosas de Daisy y preparo las mías también. La subo al auto y veinte minutos después estoy estacionado fuera de la clínica. La doctora revisa a Daisy y me dice que tengo que esperar a que baje su fiebre.

—¿Dónde está? —me pregunta Abbie al entrar.

—Están haciendo que su fiebre baje.

—¿Que hay de tu reunión? —me pregunta —vas tarde.

—La cancelaré...

—Nada de eso, ve a la reunión, yo me quedaré con Daisy, cuanto antes termines con esa mujer, será mejor para nosotras.

—No estaré tranquila si la dejo aquí.

—¿Confías en mi? —me pregunta —si es así, ve a la reunión, si no confías lo entiendo, pero si fuera algo grave, la doctora ya te lo hubiera informado.

—¿Me llamarás si surge algo, por mínimo que sea? —le pregunto y asiente.

—Ve con cuidado, te mantendré informada —me da un beso y al ver que no hay nadie más en la sala, me da un suave golpe en el trasero —ve a destrozarla —sonríe.

—Nunca cambias —digo sujetando sus mejillas para despedirme dándole un beso —. Te veo en casa.

Tomo mi bolso y salgo de la clínica para ir al restaurante donde se concretará la reunión. Al llegar al lugar, le aviso a mi abogado que ya estoy ahí y él me informa que Jess también. Bajo segura de mi misma con la carpeta y entro al lugar a paso firme, al llegar a la mesa, saludo a mi abogado y a Jess solo le doy una mirada firme, sin expresión, solo tomo asiento y coloco la carpeta sobre la mesa.

—Bien, vamos a comenzar con esto... —dice el abogado, pero una mujer lo interrumpe.

—Buenas noches, Nancy Anderson, abogada de la señora Darnell.

—Comencemos entonces —dice mi abogado con una sonrisa.

Mi abogado le pasa su tarjeta a la mujer y su expresión es única, lee la tarjeta, luego a él y luego a su cliente.

—Señora Darnell, ¿puede exponer los hechos por los cuales usted está exigiendo a mi cliente los derechos sobre hija?

La abogada saca una carpeta con fechas desde que me dejo plantada, hasta las fechas donde muestra que el proceso de mi embarazo se llevó acabo una semana antes de dejarnos.

—Aún estaban juntas cuando ella se sometió a un proceso que mi cliente no estaba de acuerdo y ella afirma que habían tenido una conversación sobre tener un hijo juntas con los óvulos de señora Darnell ya que su cliente no puede tener hijos propios.