CAPÍTULO 21

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ABBIE

Toda mi vida me he sentido reprimida, cuando era una niña, lo era por mi madre, luego por mi padre y su malos tratos hacia mi, al igual que esconderme de mi hermano, pero ahora no hay nada de eso. Ahora me despierto y al bajar a la cocina, Aubrey y Elizabeth están haciendo el desayuno o charlando mientras toman una taza de café.

Puedo ver a mi mamá todos los días y eso para mi ya es ganar. Ya no tengo miedo de estar en casa, nadie puede hacerme daño ahora.

Nathalie ya salió del hospital y Amalia no hay día que no vaya a la universidad para ver cómo está. Esra ya la echó de una clase porque la interrumpió a la mitad y entre las cosas que esa mujer detesta; es que le interrumpan una clase y terminó castigándonos a Nat y a mi por ser sus amigas. Ahora debemos quedarnos horas extras y ayudarle con un evento que se está organizando en nuestra faculta. Aunque para ser sincera, a mi no me parece un castigo pasar más tiempo con ella.

—La última clase es mañana —dice Esra —espero que para el final de la jornada, todas sus propuestas estén sobre mi escritorio. Aunque por su buen comportamiento, tendrán hasta el medio día del viernes, No aceptaré trabajos fuera de la hora —me mira directamente y le guiño —. Sin excepciones —repite y sonrío.

—¿La volveremos a ver el año que viene? —pregunta ta uno de mis compañeros.

—Posiblemente les impartiré Gramática Textual, para ese entonces, espero que ya puedan crear el guion de una película basándose en escritos, novelas, cuentos o de escritos líricos de los que se hablaba en los primeros años que surgió la literatura.

—La única loca que podría hacer eso es Graham —comenta alguien y los demás se ríen.

—Entonces quiero que me demuestren que no son tan inútiles para poder hacer algo tan sencillo —Nathalie comienza a reír y le cubro la boca al ver la mirada de todos sobre ella. —es todo por hoy, pueden retirarse, excepto mis dos voluntarias.

Tomo la mano de Nat y bajamos los escalones hasta dónde está Esra. De inmediato sus ojos van a nuestras manos y finge que no le importa.

—¿Voluntarias? —pregunto y toma sus libros viéndome con esa mirada fría.

—Ustedes se lo buscaron.

—Fue Amalia.

—Es su amiga y se hacen responsable —comienza a caminar a la salida y la seguimos de cerca.

—¿Que haremos hoy? —le pregunta Nat.

—Me ayudarán con un recorrido, vendrán profesores de Cambridge para un recorrido antes del evento de este viernes.

—¿Solo debemos estar presentes? —pregunto.

—Responder a las preguntas que les hagan, yo solo estaré observándolas —llegamos a su oficina y deja los libros sobre el escritorio.

—¿Por qué debes vigilarnos? —ella alza las cejas y camina en nuestras en dirección.

—Porque juntas son un peligro —suelta nuestras manos y sale de la oficina. —síganme —. Nat sonríe y yo solo me encojo de hombros.

Ella camina unos pasos adelante de mi y no puedo evitar mirar su cuerpo, siempre amare su manera de vestir, esos pantalones hacen que sus caderas se vean exquisitas.

—¡Abbie! —me detengo sorprendida ante el grito de Nat y ella comienza a reír.

—Eso es de lo que hablo —dice Esra negando.

—Es su culpa, señorita Campbell —digo con inocencia.

—Tu eres el problema, pervertida —Nat me da un leve empujón y Esra se cubre la frente con la mano.

El mejor de mis erroresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora