CAPÍTULO 31

6.6K 685 155
                                    



ABBIE


Desde hace semanas he estado organizando el cumpleaños de Esra, con la ayuda de Beth y con las preguntas que le hago a Esra, he logrado comprenderla un poco mejor cada vez; que cosas le gustan, que cosas odia y jamás aceptaría, como una gran fiesta de cumpleaños, pero realmente eso no me interesa, porque lo que yo deseo es pasar el día con ella, alejadas de todo y de todos, solo nosotras dos.

El viernes por la noche llega y Amalia, recostada en mi cama, e recuerda que tenga todo listo para el pequeño viaje que haremos, no será muy lejos, pero no quiero olvidar nada.

—¿Todo listo? —pregunta nuevamente.

—Falta algo, pero está en su casa, así que mañana paso el.

—Bien, ¿estás nerviosa? —me pregunta y me lanzo junto a ella en la cama.

—¿Crees que le guste?

—Lo adorara si viene de ti —me da un beso la cabeza y luego me abraza —me alegra al fin verte siendo tu misma con alguien.

—Soy muy feliz, Am. Conocer a Esra está en mi top número uno de las mejores cosas que me han pasado en la vida —. Sonreímos.

—Tu madre dijo que estaban aquí —. Nat entra y nos observa abrazadas.

—¿Trío? —pregunto y se lanza sobre nosotras.

—Tu ya tienes a tu mujer —dice picando mis costillas —deja a la mía en paz.

—¿Soy tuya? —le pregunta Amalia tomándola por la cintura.

—¿Quieres que te lo demuestre? —le pregunta Nat.

—Bien, me voy, mis chicas me esperan —me levanto de la cama —no hagan... no dejen mucho desastre, Aubrey se irá en unos minutos, así que la casa es toda suya.

—Oh no —Amalia se levanta y la toma de las manos —en mi casa estaremos más... a gusto.

Ni siquiera reparo en ellas al salir, ellas se van en el auto de Amalia y yo me voy a casa de Esra. Al entrar, la pequeña bola de pelos comienza a ladrar y a mover cola de la emoción al verme, y no tardo en escuchar esa pequeña vos que me alegra la existencia...

—¡Bee! —Daisy viene corriendo por el pasillo y extiende sus brazos para que la atrape y así lo hago.

—¿Lista para ir al jardín de niños? —asiente con emoción y me da un beso.

—¿Me llevarás? —pregunta con ilusión.

—Creo que faltar a una clase no estaría tan mal.

—Con tal no sea a la mía —dice Esra saliendo de su oficina —¿cenaste? —pregunta acercándose para besar mi otra mejilla.

—Lo hice ya, ¿y tú? —le pregunto.

—Hoy lo hicimos solas —dice Daisy estirando su brazo para tomar el cuello de Esra y acercarla a nosotras —las familias lo hacen juntas, eso miré —ambas besamos su mejilla como le gusta y sonríe satisfecha.

—No todas las familias son iguales —respondo.

—Pero me gustan de esas —finalmente pide que la baje y se va de regreso a su habitación donde seguro su niñera la espera.

—El lunes vendrá la hija de la señora para ayudarle con la casa —me informa Esra —. Y si es educada, no como otras.

—No creo que dure mucho en la casa, conoces el carácter de Aubrey.

—Mientras ella siga en esa casa —me abraza —tu serás mía cada noche y todo el tiempo posible.

—¿Tantos celos de causa? —sonrío mordiendo mi labio.

El mejor de mis erroresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora