CAPÍTULO 18

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ABBIE


Regresar a casa nunca me había hecho tanta ilusión como ahora. Esra me ha obligado ha revisar  va cada hora que tenga todo en orden antes de partir. Zoe nos invitó a su casa esta tarde, así que ahora estoy esperando a que Zane pase por mi.

No creo que llegaría a tener amigos, menos aún en ir uno de ellos sería el chico más temido de la universidad; al menos eso creen los demás, aunque si es bruto con los demás.

Zoe nos recibe en su casa y su hermana menor nos saluda muy animada. Sabía que vivía con su hermana, pero supuse que sería un poco más niña, por lo que me cuenta, está en su último año del instituto. Se también ahora que Zoe tiene veinticinco años, si imaginaba que era mayor, pero nunca le pregunté.

Zane se encarga de poner algo de música y aunque intente ayudar Zoe con la comida, no me deja hacerlo y me manda al sofá.

Tener amigos como ellos dos es algo bueno, llegar a un país desconocido donde no reciben muy bien a los extranjeros, es como una bendición. Pero aún así extraño a mis dos chicas, así decido llamar a Amalia, pero me manda a buzón, intento una vez más y Nathalie responde.

—¿Dónde están pasando el fin de semana sin mi? —Nat se ríe.

—Acompañe a Amalia por algo de sus negocios, ahora mismo está en una reunión para dar su informe y me pasó su teléfono para que te respondiera.

—Así que ya la viste en su faceta de empresaria —sonrío —. Se ve sexy ¿no crees?

—Si, no se puede negar la realidad —su voz suena con un poco de timidez, cosa que no es ella.

—Nat... —me pienso muy bien lo que quiero decir antes de hablar —¿si ves la manera en la que ella te ve?

—Lo sé, lo noto.

—¿Y sabes como la vez tú? —pregunto.

—¿Como la veo? —pregunta algo sorprendida.

—Mejor dejaré que lo descubras tu misma.

—Creo que ya lo hice —no puedo evitar la emoción antes esa confesión —. Pero no te hablaré de eso ahora, tengo que solucionar algo antes hoy mismo.

—Está bien, tu tranquila, solo recuerda lo mucho que vales para nosotras, te quiero Nat.

—Te quiero, Abbs.

No puedo esperar por volver y ver a esas dos juntas. Se que Nat también duda por lo que siente, pero la manera en la que ve a Amalia, la manera en la que se ríe cada vez que la idiota sale con sus bobadas o la manera en la que siempre busca el contacto físico de ella, es algo que no puedo ocultar. Quizás quiera engañarse al salir con ese idiota, pero ella misma sabe que la persona que siempre está en su mente es Amalia.

—¿Por qué tan emocionada? —pregunta Zane —¿Tu novia te dijo algo interesante?

—No es mi novia, aún, peor no es eso, es algo sobre mis amigas.

—¿Están felices con tu regreso? —me pregunta.

—Si, igual ya quiero volver.

—Te voy a extrañar —dice abrazándome repentinamente.

Sus brazos son enormes y es imposible soltarme de él. Zoe llega y le da un golpe en la cabeza para que me suelte.

—Ya podemos pasar al jardín —dice ella.

Camino detrás de ella y Zane me sigue de cerca. Su jardín está rodeado por arbustos y por flores que adornan muy bien el lugar dándole un ambiente muy acogedor.

El mejor de mis erroresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora