033

86 12 11
                                    

Zayn's POV:

Llegué a la bodega, parqueando el auto fuera.

Era una mañana demasiado gélida. El sol aún no salía y a las afueras de Londres, todo esto lucía tétrico.

Corro la puerta haciendo demasiado ruido, encontrándome con Louis fumando.

- Y bien - hablo lo único que sale de mí.

Él tira la colilla de cigarro y lo pisa.

- Ven -

Me guía hasta el sótano, donde teníamos almacenadas todo el armamento, olía a pólvora.

Harry estaba sentado sobre un cajón de madera.

- Zayn - me saluda.

Yo enarco mis cejas en muestra de saludo.

Nayaran, mi mano derecha y parte "creativa" y Niall estaban en el computador.

- ¿Cuál es el plan? - inquiero, sentándome.

- No hay mucho que podamos perder - habla el pakistaní -. Sus hombres tienen la guardia baja, no nos esperan. Jason no está al pendiente de la bodega, tiene toda su carga ahí, junto con algunos explosivos - me informa.

Y entonces vino una idea a mi cabeza y sonrío lobunamente.

- Tienen explosivos dentro, ¿verdad? - es más una pregunta retórica. Ellos asienten -. Bien, pues pongamos gasolina a los alrededores, no quiero que ninguno quede vivo. Muy caro van a pagar por haberse metido en mi territorio - inclino mi cabeza -. ¡Manos a la obra! - me puse de pie, con una sonrisa malvada en mis labios.

Si bien se habían metido con mi chica, caro lo pararían.

- Zayn, dentro de la bodega hay algunas cosas que podrían servirnos, tal vez podríamos llevar un camión - interviene Liam.

Ese chico es un cerebro.

- Todo lo que saquen de ahí, es completamente suyo - termino -. Ahora, necesito los planos para poder analizar mi campo - tiendo mi mano, esperando lo que quiero.

Niall me lo entrega.

Yo lo observo y analizo.

El plan se llevaría a cabo esa misma noche. No dejaría que mi Avery sufriera en manos de esos bastardos.

*

Llegamos a la cabaña donde tenían aparentemente a mi chica.

Era demasiado pequeña, la verdad no sé Liam qué piensa sacar de aquí.

Me escondo entre los árboles, viendo a los dos gorilas que tienen como vigilantes. Parecían luchadores de sumo.

- La cena está lista, chicos - alguien les llama.

Y desaparecieron más rápido de lo yo podía decir: sabotaje.

Entré sin ninguna especie de dificultad.

Era una especie de granero, pero en vez de paja, había cajones de madera.

Escuché un par de disparos fuera, esos serían mis hombres acabando con los inútiles de los Black Angels. Sonreí lobunamente y seguí sigilosamente escabulléndome entre las sombras.

No podía ver nada, sólo por la luz que se filtraba por la pequeña ventana.

- ¡Suéltame! - escuché un grito y mi corazón se detuvo, esa voz era de Avery.

¡Oh! ¡No! ¡No podían estar la tocando esos hijos de perra! ¡No podían ponerle ni una mano encima porque entonces se arrepentirían hasta de haber nacido!

DangerousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora