Dangerous

This is the end

Antes de leer:
He dividido el capítulo final en dos partes.
Y antes de que me digan que voy a tardar otra semana en subirlo (les prometo que no) no voy a hacerlo, voy a subirlo hoy mismo, dos horas después a éste. Ya está escrito pero quiero ver qué tanto interés hay en él, porque creo que no les ha gustado el capítulo pasado 😕 pero bueno, no importa. Igualmente estoy agradecida por el apoyo.

Ahora sí, ¡¡disfruten de este último capítulo!!

Escucho los graznidos de los cuervos entre la nube espesa que envuelve mi cabeza. Trato de abrir mis ojos pero pesan más de lo normal, un zumbido anormal resuena entre mis oídos y un dolor agónico recorre mi brazo completo. Mis labios se abren al dejar escapar un gemido agudo.

¡Cuánto dolía!

Muevo mis piernas que se sienten adormecidas. Obligo a mis ojos a abrirse para darme cuenta que sigo encerrada, que no fue sólo un mal sueño y eso desata el latir desbocado de mi corazón. Mis ojos recorren cada esquina del sitio en el que me encuentro encerrada, preguntándome si realmente estoy sola o Carlos está en algún lugar observándome. Estoy atemorizada por él. No entiendo por qué hacer todo esto por mí. No cabía en mi cabeza su idea retorcida de tenerme cuando ha estado con mi madre. Es espantoso tan sólo mencionarlo, no hablemos de imaginarlo.

Me doy cuenta que ha amanecido debido a la clara luz que se fpreguntienuna pequeña ventana en lo más alto de la bodega, donde el viento se filtra, provocando un ligero silbido que más lúgubre la escena. Me incorporo hasta quedar sentada, sintiendo que mi cabeza da vueltas sin parar y toda ella me duele. Escaneo cada parte de la habitación, buscando por algún rastro de mi secuestrador y suelto un suspiro de alivio cuando no lo encuentro. Me pongo de pie para buscar alguna vía de escape, cogiendo mi mano fracturada en mi regazo. Voy hacia la puerta corrediza de metal, me ilusiona. Trato de correrla, pero mis intentos son nulos y después escucho una cadena golpetear contra la misma.

Gruño en frustración.

¡Qué estúpida! Es claro que Carlos no podía dejarme libre por la habitación con la puerta sin cerradura alguna. No iba a ser tan fácil.

Mi vista viaja hasta la ventana, la única que hay pero está demasiado arriba y muy pequeña, probablemente saliera por ahí con mucha dificultad con mis manos sanas pero era casi imposible con mi situación.

Me siento de nuevo en el piso, pensando que hacer. Chasqueo mi lengua y llevo mi mano al bolsillo de mi abrigo, donde guardo el móvil de Zayn. Lo saco para presionar de nuevo la tecla de bloqueo. Veo el porcentaje de batería y me asusta sólo ver el diez por ciento. Me desespera no saber qué contraseña tiene. Y me decepciona el saber que no conozco a Zayn tan bien como pensaba. No iba a dar con su contraseña jamás y moriría aquí encerrada en manos de un depravado.

Dime tú si no tendrías miedo.

Entonces tecleo los números en que se encuentran las letras para formar la palabra Yaser (92737).

Y sucede, todo pasa a otro plano. Tengo acceso a todo el móvil de Zayn y casi quiero dar un grito de emoción. Pero entonces caigo en la cuenta. ¿Cómo voy a llamar a Zayn si yo tengo su móvil?

Me dejo caer, rendida. Maldita sea.

Quiero lanzar el móvil lejos, pero es justo cuando comienza a vibrar en mis manos. Casi como un milagro. Espero con todas mis fuerzas que sea alguien del FBI o el Zayn mismo. Cojo la llamada sin pensármelo dos veces.

— ¿Hola? — susurro.

— ¿Avery? ¡Cariño! ¿Estás bien? ¿Te han hecho algo?

¡Oh! ¡Zayn! Suspiro de alivio.