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Dos meses después:

Avery's POV:

La bruma pesada de lo que había sido mi sueño comienza a desvanecerse lo que me hace saber que no podré dormir más.

Extiendo mi mano a lo largo de la cama, buscando a Zayn, hasta que la piel de mi mano choca contra la piel de su abdomen.

— Av, estás muy fría — se queja. Su voz es ronca debido a que acaba de despertarse.

Su mano atrapa la mía, envolviéndola entre la suya, acariciando el dorso suavemente con su pulgar.

— ¿Qué hora es? — susurra.

Abro mis ojos y giro mi cabeza hasta la mesita de noche, viendo los números rojos que marcaban la hora. Seis y media de la mañana.

— Media hora para las siete — respondo, acurrucándome contra su cuerpo. Él me abraza por la cintura, manteniendo el calor de nuestros cuerpos.

Enero era muchísimo más frío de lo que recordaba.

Siento sus labios besar mi frente.

— Debería levantarme ya — digo, sin la más mínima intención de hacerlo.

Tenía que ir al hospital.

— Siempre puedes llamar y decir que estás enferma — sugiere él, escondiendo su rostro en el hueco de mi cuello, plantando pequeños y delicados besos.

Su sugerencia sonaba tentadora, pero no podía permitirme faltar más.

— Tengo que ir si queremos ir a Australia en Julio — recuerdo.

Él suspira y lleva su rostro hasta dejarlo frente al mío.

— ¿No puedo ayudarte? Me aburro mucho estando aquí, solito en casa — hace un puchero.

Río y acaricio la línea de su mandíbula.

— Me temo que no, cariño — beso la punta de su nariz.

— ¿A qué hora sales hoy?

— A las seis — respondo, escapando de su agarre, sentándome en la cama.

Suelta un bufido.

— Eso es mucho tiempo – se envuelve entre las sábanas de nuevo –. Posiblemente me quede aquí todo el día – se estremece –. Afuera hace mucho frío.

Yo me encojo de hombros y voy directo al cuarto de baño para darme una ducha de agua caliente.

[...]

Mis dedos juegan con el anillo que descansa sobre mi dedo, mientras camino por los pasillos, cerciorándome de que todo está en perfecto orden.

Iba pasando por el pasillo de maternidad, se escuchaban un par de llantos de algunos bebés lo que me hacía recordar la propuesta de Zayn.

¿De verdad quería ser mamá?

Tan sólo esa palabra de cuatro letras me daba escalofríos. Yo no podía quejarme de la educación que mi madre me había dado, pero yo... ¿y si no era lo suficientemente buena?

Si algo que tenía bien aprendido es que la vida no era fácil, mi vida era completamente diferente a la de cualquier otra persona afuera - a excepción de mi familia que parecía ser que había seguido los pasos de mi madre -. Para mí no era tan sencillo salir. Si un auto iba detrás de mí no quería decir que estábamos coincidiendo en caminos, ellos estarían siguiéndome para matarme o hacerme daño, por lo que rechazaba completamente la oferta de ser madre ahora.

DangerousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora