Avery observa su habitación después de diez meses de haber salido de esa casa sin consideración alguna de sus padres.
Aún podía recordar la voz enojada de su padre cuando, después de tres semanas, le cogió el teléfono, recordaba que estaba tan enojada. Podía recordar que mientras se gritaban cosas el uno al otro, ella imaginaba las arrugas de su frente, marcándose más mientras fruncía el ceño.
Extrañaba a su padre.
Fueron pocas las veces que lo vio, pero sin duda, él era uno de los hombres que llevaba, y llevaría siempre, guardado en su corazón.
Y no podía dejar de sentirse culpable por no haberse disculpado por decirle todo tipo de tonteras, porque realmente nunca las sintió, las dijo sólo para herirlo.
Deseaba volver el tiempo atrás y cambiar su pasado, aprovechar cada visita que su padre le había hecho. Porque siempre que volvía de sus largos viajes, le entregaba una caja llena de regalos, mientras la abrazaba y le decía que era su princesa y ella lo creyó durante mucho tiempo.
Entró arrastrando su maleta, dándose cuenta de que todo estaba intacto, sus libros seguían sobre el estante, su escritorio estaba perfectamente ordenado, su ventana seguía cerrada, con las cortinas abiertas, iluminándolo todo, haciendo que la habitación luciera bastante femenina. Las paredes estaban pintadas de un rosa suave, parecido al palo de rosa.
Suspiró, aspirando el fresco aroma.
Estaba en casa.
Y extrañamente se sintió bien; es decir, sabía que no volvería a ser la misma después de Zayn, no lo había visto venir y de pronto, todo pasó. Sabía que él no era un santo, pero esa chispa de peligro le encantaba.
Se dejó caer en su cama y se relajó por completo, cayendo dormida.
*
− Avery, cariño, la comida está lista - habla su madre desde la puerta.
La castaña le dedica una sonrisa y asiente.
− Gracias, en seguida bajo - responde, cerrando el libro de pasta gruesa que tenía entre sus manos.
Su madre asiente.
*
Amirov estaba viendo un partido de futbol, tenía sus piernas sobre la mesita de centro y el control remoto a un lado de él, mientras bebía una cerveza.
Spencer, lo observaba y es que aunque fuera su hijo, no podía entender cómo es que no sintiera ni un poco de afecto hacia él.
Había sido una excelente madre con Avery, le había enseñado todo, a ser una señorita, ya en ella quedaba si no quería aceptarlo, como aquella vez que soltó un eructo frente a sus abuelos en una cena bastante importante, cuando tenía quince.
Bien, Avery podía ser femenina cuando quería, pero cuando no tenía ganas, simplemente hacía lo que se le hinchaba, como ella solía decir en su rebelde adolescencia, en la que hizo más de mil locuras, de las cuales podía estar arrepentida, otras no.
Como el piercing de su lengua, se veía tan sexy cuando se lo ponía y de verdad que le gustaba, lástima que en la universidad necesitara una presentación profesional.
Sí, bueno, no todo en la vida es como lo queremos. Solía decirse a sí misma.
*
Niall y Harry estaban fuera de la casa de Avery, escondidos tras un arbusto, ya que ella había salido huyendo de ellos, a pesar de que les había dicho que los llevaría con ella, y aunque fue algo grosero, igual ni lo sintieron tanto porque no tenían un billete para abordar al siguiente día.
Estaban cuidándola, tal y como Zayn quería.
*
Se sentía tan cómoda en su casa, era su hogar, el que la había visto crecer.
Cómo podría olvidar que hasta que cumplió catorce sus únicos amigos eran hombres, iban en skate y ella lo hacía también, hasta que se cayó y se rompió la muñeca y prefirió no hacerlo más, así que sólo los acompañaba a las pistas. Siempre, todos ellos, fueron más grandes que ella y siempre la protegían.
A los quince comenzó a juntarse con Ashley y Ad, dos chicas de lo más fresa, sólo porque en su escuela había chicos de esa clase, eran de esa clase de chicos que levantaban el meñique para beber una taza de té, demasiado sofisticados, haciéndolos ver bastante gays y patéticos.
Solía burlarse de ellos en su mente.
Le hubiera gusto poder tener a Evan o a Rodney, Ferlazz, Dan, Al o David con ella, para poder burlarse de todos esos.
Pero poco a poco se fue alejando de ellos y no porque quisiera, sino porque tenía demasiadas tareas que hacer.
A los quince fue su primer novio, sólo salió con él porque decían que hacían bonita pareja. Era, no el capitán de futbol, sino, el suplente, era guapo y musculoso, pero lo suyo no duró más que un verano.
Después, vino Brad, en el último año de preparatoria, era el mariscal de campo y ella la capitana de porristas, pero no se sentía cómoda con ello, ya saben, tenía que usar de esas faldas cortas, con camisetas que apenas tapan tus pechos y todos creen que eres una zorra y fácil. Él, el típico engreído mujeriego que salía con Avery sólo para desvirgarla y apuntarla a una más de su lista, sólo que con ella no llegó a nada, ella nunca se dejó y es que ni siquiera le quería, no sentía atracción por él y lo besaba sólo por obligación. Después terminó con él, un día después que él quiso aprovecharse de que estaba ebrio y quiso tocarla, con la excusa de que "no" sabía lo que hacía ya que estaba bajo los efectos del alcohol.
Había sufrido porque los chicos realmente no la querían, pero luego recordaba que ella tampoco a ellos y se le pasaba. Le daba coraje que pensaran con el pene y no con la cabeza.
Y que la usaran... o no tanto, igual, nunca se acostó con ninguno.
Había tenido una adolescencia algo dramática, sin embargo, la había disfrutado demasiado, aunque a veces se contradijera.
Y después, conoció a Zayn, a su ángel caído, que la había cuidado y protegido durante el tiempo que estuvieron juntos.
Cuando se ponía a pensar en él, le parecía que hubieran pasado años de aquello, cuando sólo habían pasado cuatro meses. Cuatro largos y pesados cuatro meses.
Y la vida seguía, ella seguía ahí, con toda una vida por delante, en la que no quedaba más que seguir adelante.
*
El verano se fue lo más rápido de lo que pudo decir "libertad".
Estaba empacando sus cosas de nuevo, guardando todo en su maleta. Volvería a Londres a terminar su carrera, no dejaría que el fantasma de Zayn la persiguiera, él sería más como su ángel guardián, aunque no supiera dónde se hallaba, bueno, si es que existía un cielo o un infierno, si es que la vida después de la muerte fuera verdadera.
De ahora en adelante sería su talón de Aquiles, su amuleto de la buena suerte, pero a la vez, su punto más vulnerable.
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N/a:
Hey!! Bueno yo sólo les dejo este capítulo.
No lo subí ayer bc ya era muy tarde, pero ya está aquí.
Espero que les guste!!
Gracias por leer.Besos...
Jass(:
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Dangerous
FanfictionAvery. Una chica buena, inocente y hermosa en todos los sentidos. Zayn. Un torbellino de densas emociones, poderoso, con un pasado oscuro. Sus vidas se cruzan, corrompiendo la del otro. Todos los derechos reservados @F1998J