060 Primera parte

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Zayn's POV:

Terminamos de buscarles un lugar a nuestras cosas. Dejando al fin todo ordenado. Nuestra casa ya había tomado forma y estaba comenzando a sentirse como un hogar.

Hacía un poco de frío aún con la calefacción encendida y una manta sobre nosotros. Definitivamente no podía compararse a el calor de Australia, y el frío de Londres no se comparaba en nada a este, definitivamente.

Llevábamos gran parte de la mañana acostados por el excesivo frío que hacía, veíamos películas viejas de Charles Chaplin, completas obras de arte.

Ninguno de los dos quería salir de la cama a preparar el desayuno; aunque, en realidad, sabía que tendría que ir yo y me sorprendía que Avery no me hubiera echado ya para traerle el desayuno. Y sabía que si le decía que no prepararía nada, me diría que entonces nuestro hijo saldría con cara de lo que tuviera antojo o se pondría a llorar porque últimamente estaba jodidamente sensible y lloraba por todo. No había una excepción ni mucho menos elección, tendría que levantarme ahora para preparar café y algunas tostadas. O hacer un intento de desayuno.

Besé el centro de la cabeza de mi esposa y me puse de pie para ir a la cocina.

- ¿A dónde vas? - pregunta, una vez que he llegado a la puerta de nuestra habitación.

- A preparar el desayuno - hago un ademán de restarle importancia y ella se pone de pie con pereza.

- Te acompaño - murmura, envolviéndose dentro de su propia remera, poniéndose a la vez las pantuflas de conejo que estaban justo por debajo de la cama.

Tiendo mi mano para pasarla por detrás de su cintura y dejarle bajar las estrechas escaleras.

El frío calaba tanto ahora que estábamos ya en la planta baja. Se sentía como si entráramos en un congelador humano. Esto era terrible, pero sinceramente era uno de los lugares más seguros. Además nunca nadie sospecharía que estamos de este lado del mundo.

Avery titirita y saca la vitrocerámica para preparar café.

- ¿Quieres tostadas? - pregunto, abriendo uno de los armarios.

Ella suspira y asiente, echándose un mechón detrás de la oreja. Luce muy cansada, demacrada más que nada.

- ¿Qué pasa? - me acerco hasta ella, acunando su rostro en mis manos para poder mirar bien su rostro.

- No es nada - niega, dándome una pequeña, tanto que fue casi imperceptible, sonrisa -. Es sólo que todo esto del embarazo es demasiado - admite, rodeando mi cuello con sus brazos, logrando que pueda sentir el pequeño bulto de su vientre contra mi abdomen.

- Es que debes descansar, amor - le riño levemente -. Has estado haciendo las tareas de la casa todos los días y eso no está bien. Sabes que yo voy a hacerlas, no tienes por qué molestarte.

Ella sonríe levemente y niega.

- Pero tampoco puedo dejarte todo a ti. Tú llegas muy cansado del trabajo y esas cosas. Yo tengo que hacer algo.

Suelto un bufido y beso sus labios cortamente.

- Eres jodidamente terca - planto un beso en su frente -. Pero no llego cansado del trabajo, sólo voy cuatro horas.

Ahora tenía un trabajo importante. Porque, cuando me enteré de que Av estaba embarazada me dije a mí mismo que tenía que ser un ejemplo a seguir para mi hijo, iba a terminar una carrera e iba a hacer lo necesario por enterrar mi pasado, así que, para cumplir mi larguísima sentencia, trabajo con las fuerzas armadas en operativos contra el narcotráfico, financiaba todos los operativos con mi propio dinero y les conseguía muchísimas armas para el equipamiento. Así que, de alguna manera, comenzaba a hacer bien las cosas. Haría que Carlos pagara por todo, pero de la única forma posible, y no saldría limpio de nada de esto. Se pudriría en la cárcel.

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