Dangerous

055

C55:

Avery's POV:

— Av, despierta. Mi amor, ya es hora. Levanta. Levanta. Levanta — la voz de Zayn interrumpe mi fabuloso sueño con Brad Pitt, mas sin embargo, no abro los ojos porque tengo el suficiente sueño como para dormir todo el día.

Un momento de silencio fue lo único que me hizo saber que mi insistente esposo se había rendido en hacerme despertar, por lo que simplemente volví a hilar mi sueño. Estaba cayendo de nuevo cuando escucho estridentes ¡SAZ! ¡SAZ! ¡SAZ! Retumbando por todo el interior de mi cabeza.

Me siento en la cama con muy mal humor.

— ¿QUÉ QUIERES? — grito, tratando de sobrepasar el ruido que hacen los malditos sartenes que tiene en las manos, colapsándolos uno contra el otro.

Deja de golpearlos entre sí como monos y me sonríe ampliamente, tomando mi mano, arrastrándome con él.

— ¡Vamos! ¡Tenemos que darnos prisa para irnos!

Su voz suena totalmente feliz, luce contento y descansado. Nada parecido al Zayn que conocí.

Había olvidado por completo que pasaríamos el fin de semana en Australia para comenzar a "instalar un par de cosas en la casa". Sabía perfectamente que no íbamos a hacer nada de eso, pero era emocionante pasar el fin de semana allá.

— Vale, vale, amor, pero deja que me duche al menos — replico, deteniéndolo.

Se vuelve hacia mí y me besa fugazmente.

— Sólo no tardes, ¿sí?

— Que no, pesado — me quejo.

Odiaba que dijera que tardaba eternidades en el baño sólo para una insignificante ducha, pero es que él no entendía que era un momento de relajación, era un momento para mí.

Abro el grifo de la bañera para dejar que el agua fría saliera, mientras me lavaba los dientes.

Me observé en el espejo. Me veía extraña, no sabía de qué manera, pero definitivamente me parecía muy rara.

Mi estómago gruño como si tuviera vida propia. Tenía hambre.

— ¡Zayn! ¡Prepara el desayuno! — grito, metiéndome debajo de la lluvia artificial.

Zayn abrió la puerta, asomando su rostro.

— ¿Qué preparo, nena? — pregunta.

Giro mi rostro hacia él.

— ¿Emparedados? — propongo, sonriendo levemente.

Decía que tenía que comer cosas más sanas, ya que según él no comía muchas verduras ni frutas. Y no lo negaba, era muy vaga y poco estricta en cuanto a mi comida se trataba.

Asiente y me guiña uno de sus ojos, cerrando la puerta después de que desaparece de mi vista.

Sigo con mi no-tan-larga ducha y salgo para vestirme: una falda blanca a la cintura – con mucho vuelo – y un crop-top blanco, zapatillas y listo. Peiné mi cabello en una coleta alta y salí para encontrarme con el moreno más guapo del mundo, después de Taylor Lautner... o tal vez no.

Estaba cortando guayabas en rodajas, había zumo de toronja en una jarra de cristal.

— ¿Tú hiciste todo esto? — pregunto, mal ocultando mi sorpresa. Es que había un par de sándwiches en cada plato con el pan dorado. Según recordaba, a Zayn se le quemaban hasta las tostadas.