De vuelta a casa, bajo la lluvia, pensé en lo último que había dicho Will. Descubrí que uno de ese par de asuntos que tenía que resolver se trataba de los hermanos Warren y de Ben. Deduje que se refería a esos tipos por los que tuvo que volver a pedirle ayuda. Me habría encantado ir con Will para ver como "arreglaba el asunto", como él lo había llamado, con los hermanos Warren. Es más, podría haberle dicho de ir, pero viendo que él fue tan claro con el tema de arreglarlo solo, preferí no insistir. Además, me apetecía mucho quedarme un rato más hablando con Charity. Estuvimos conociéndonos un poco, aunque yo tampoco es que le contara demasiado. Sí, le dije que tenía un hermano, pero le mentí diciendo que se emancipó cuando yo era muy pequeño. Tampoco quería ir dando detalles de mi vida a todo el mundo, ya que con Will aquella tarde había sido dosis de emociones suficiente. Además, ya habíamos acordado que solo hablaríamos esos temas el uno con el otro. Le conté un poco por encima sobre mis estudios y mi relación con mis padres, pero no mucho más. Por el contrario, ella sí me contó bastante. Me dijo que tenía una hermana pequeña, con la que vivía, y me afirmó con total seguridad que yo le encantaría, aunque tampoco tenía motivos para pensar que llegaría a conocerla algún día. También me dijo que, al igual que Colter (en base a mi mentira), ella también se fue de casa joven. Pero no por nada, sino por el simple hecho de que siempre tuvo ese ansia de vivir en el mundo ella sola y valerse por sí misma. Un poco como Will, vaya. Fue además por él que ella se fue de casa ya que, en cuanto le comentó su idea, aceptó sin pensar. También me contó que, durante el primer año estuvieron viviendo juntos en el piso donde tenían hecha la oficina, porque no tenían donde caerse muertos, hasta que el negocio empezó a subir como la espuma. Y, al poco de aquello, sus padres fallecieron trágicamente en un accidente de tráfico, quedándose ella a cargo de su hermana pequeña. No me habló mucho de su pasado, más bien fueron todo acontecimientos recientes. Pero no le di más importancia de la que pudiera tener, al fin y al cabo, aquella conversación fue un poco improvisada. Sin embargo, ahí estaba, bajo la lluvia aún persistente (debería empezar a pensar en coger un paraguas antes de salir de casa) y pensando en mi compañera, a la que seguramente ya solo vería a la entrada y la salida del trabajo y, sin saber por qué, eso me molestaba.
Traté de no pensar mucho en ello, más que nada porque quería llegar temprano a casa, quitarme toda la ropa mojada y darme una buena ducha caliente. Así que corrí, cubriéndome un poco con los edificios y tratando de no mojarme más de lo que ya estaba. Sabía que, si volvía a entrar así en casa, mi madre acabaría por matarme. Pero cuando crucé la puerta de entrada, ninguno pareció percatarse. Salió mi padre a recibirme todo lo deprisa que pudo y me dio un abrazo que casi me levanta por los aires. Mientras yo me preguntaba qué demonios estaba pasando, escuchaba a mi madre hablar por teléfono en el comedor.
―Papá, ¿se puede saber qué demonios pasa?
―Se trata de tu jefe, Barry.
―¿Qué pasa con Will? ―miedo me daba la respuesta.
―Nos ha llamado hace escasos minutos tu primo ―Walter, mi primo, se había convertido en el asesor financiero de mis padres desde que acabó la carrera, justo un año antes que yo―. Y, en fin, nos ha dicho que todas nuestras deudas habían sido saldadas por un benefactor anónimo.
Yo me quedé callado unos segundos, analizando lo que mi padre había dicho, asimilándolo y pensando mi respuesta.
―¿Y estáis seguros de que ha sido...? Joder... Por supuesto que ha sido Will.
¿Quién iba a ser si no? Esa era la segunda cosa que tenía que tratar cuando me fui de su despacho. "Lo menos que puedo hacer es ayudar". Ya nos lo había dicho por la mañana y ninguno lo oímos, nos lo había puesto en las narices y no lo habíamos visto. Me acerqué al comedor, donde mi madre le estaba agradeciendo a Will de mil maneras diferentes el gesto que había tenido, después se giró hacia mí y asintió con la cabeza, como si él pudiera verla.
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Deja que el mundo arda
ParanormalCuando Barry Goldman acepta trabajar para el joven y multimillonario empresario, William Taylor Winslow, no se imagina que el mundo en el que está a punto de entrar, es más oscuro de lo que cree.