32.- Entrega de información

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—¡Pian Rao! —gritó uno de los demonios escribas—. ¡Trae aquí tu fantasmal trasero!

Shang QingHua refunfuñó mientras corría. Había muerto, revivido y transmigrado, era un respetado señor de la montaña Cang Qiong y ahora debía tolerar que volvieran a tratarlo como un discípulo de quinta que solo servía para cubrir las metidas de pata de otros. Era insultante... pero era lo que había.

Hizo una reverencia, recordando que era un vagabundo erudito mudo y esperó en silencio que el demonio se burlara de él antes de que le diera un montón de pergaminos y le dijera, señalando una de las puertas:

—Ve y deja esto en la bodega. Será mejor que te acostumbres a vivir aquí, chico; si todo sale como esperamos, no tendrás un hogar al cual volver.

Por primera vez en todo este tiempo, el hermano Avión no se preguntó porqué había hecho a algunos demonios tan fanfarrones. En este caso, le había convenido muchísimo. Haciendo una nueva reverencia, Shang QingHua se alejó, encaminándose hacia la dichosa bodega. Había demostrado ser "de fiar" para los demonios, así que nadie lo acompañó al lugar; lo cual le convino bastante.

Como llevaba haciendo desde que lo dejaron andar solo por los archivos, apenas estuvo en la bodega, Shang QingHua abrió un portal que lo conectó con Ciudad Fantasma y dejó todo eso en manos de Yin Yu, que le entregó un montón similar de pergaminos con talismanes explosivos y cerró el portal. Y como llevaba haciendo desde que lo dejaron andar solo por los archivos, miró a su alrededor una vez hecho esto para asegurarse de que nadie lo había seguido hasta acá y había visto todo. No era nada tonto, sabía claramente que estaba en peligro constante, así que andaba con más cuidado de lo normal.

Estando seguro de que aún estaba a salvo, Shang QingHua salió de la bodega y siguió con sus deberes. Había otro lugar al que debía ir, pero eso sería más adelante.

La fabulosa transmigración de Shang QingHuaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora