1.- Había regresado de la muerte

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Shang QingHua despertó sintiendo un terrible dolor. Por un momento pensó que alguien había logrado salvarlo y estuvo a punto de maldecir su suerte, pero entonces notó un gran bulto en la manta y al retirarla vio su vientre hinchado.

"No puede ser", pensó antes de que una nueva oleada de dolor lo recorriera impidiéndole pensar más. Gritó, y un movimiento veloz a un lado suyo le asustó. Su sorpresa fue enorme cuando vio a Mobei-Jun cargarlo en brazos mientras salían del cuarto. Dos pensamientos acudieron a la mente de Shang QingHua antes de que el dolor se tragara su consciencia:

1.- De algún modo desconocido para él, había transmigrado a este momento luego de morir.

2.- Había llegado justo el día en que daba a luz.

No era secreto que los betas tenían problemas para concebir, aún si tenían alfas puros como parejas, el cual era el caso de Mobei-Jun y Shang QingHua: el escritor y señor de cumbre se había negado rotundamente en cambiar su casta a omega, ya había experimentado eso en su vida anterior como Avión Disparando hacia el cielo y no quería repetirlo, muchas gracias. Disfrutaba mucho de su condición como beta y nada de eso iba a cambiar. El caso es que cuando finalmente quedó embarazado, Mobei-Jun se aseguró de que recibiera la mejor atención, tanto para él como para su hijo.

Bueno, hijos. Se habían enterado que esperaban gemelos luego del tercer mes de embarazo, todo debido a la preocupación de Shang QingHua de ver su vientre más abultado de lo normal. Él había visto embarazos de ese periodo más pequeños que el suyo, y cuando les dieron la noticia, no cupó en sí de felicidad.

Dos niños, su rey sí que apuntaba bien.

El caso era, ¿a cuál de sus alumbramientos había llegado? Shang QingHua no paraba de pensar en ello mientras daba a luz, y cuando todo el asunto terminó por fin, la partera que lo auxilió dijo con orgullo:

—Son dos varones.

Shang QingHua se desparramó sobre la cama, aliviado. Había llegado al nacimiento de sus dos primeros hijos, lo cual quería decir que tenía tiempo suficiente para cambiarlo todo. Si no estuviera tan cansado, se echaría a reír.

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Avión había disfrutado de una felicidad absoluta cuando el sistema finalmente se despidió de él. Eso quería decir que era libre de hacer lo que quisiera sin tener esa vocecita en la cabeza que le gritaba "OOC" cada que tenía la oportunidad. Se dio cuenta de eso después de casarse con Mobei-Jun, y cuando consultó con Shen QingQiu, se dio cuenta de que a él le sucedía lo mismo.

En realidad, Shang QingHua no se cuestionó demasiado al respecto de por qué había sucedido eso. Ya estaba hecho y en los años venideros no lo extrañaría. Todo lo que ocurrió después fue miel sobre hojuelas: disfrutó de las mieles del matrimonio, de las atenciones de su marido, se hizo cargo tanto de la cumbre An Ding como del Desierto del Norte y entonces llegó la bendición que la pareja había esperado: el nacimiento de sus hijos, Mo Ran y Mo Xi, dos gemelos hermosos que alegraron su vida; y cuando sus niños cumplieron un año, tuvieron otros dos niños: Shang Jie y Shang HuaiSang. Con el nacimiento de los mellizos, los orgullosos padres estaban seguros de haber alcanzado la felicidad completa.

Por supuesto, eso tuvo que cortarse al poco tiempo.

Tan solo tres meses después del segundo parto de Shang QingHua, Mobei-Jun fue asesinado en un complot organizado por la corte de demonios, quienes lo traicionaron en favor de Lingguang-Jun. Todo lo que Shang QingHua pudo hacer fue dispersar a sus hijos, dejando a cada uno a cargo de sus cuatro asistentes; quienes habían llevado la tarea de mandarlos a sitios seguros y qué él volvería por ellos.

Sin embargo, Shang QingHua no tuvo las fuerzas de cumplir su palabra. Con la muerte de su esposo, regresó a la montaña Cang Qiong y se enclaustró en el lugar, Lingguang-Jun dominó el Desierto del Norte y de no ser por Luo Binghe, habría desatado una guerra entre el mundo del cultivo y el Reino Demoníaco. A Shang QingHua no le importó: se sumió en su trabajo tanto como se había sumido en su depresión, olvidando incluso a sus cuatro pequeños, viviendo como un autómata. Los años pasaron, el trabajo se volvía cada vez más en su único refugio, lo único que le mantenía con vida.

Y entonces el primero de ellos llegó.

Uno a uno, sus hijos llegaron a An Ding con un solo propósito: reclamarle su abandono. Todos tenían vidas ilustres, pero también arrastraban consigo desgracias internas que no dudaron en echar sobre el padre que se había desentendido de ellos: años de maltrato, de abandono, de soledad... todo por su culpa. Y poco tiempo después, el mayor de sus hijos comenzó a masacrar a todas las sectas del mundo hasta llegar a él.

Pero eso había sucedido en una vida pasada, una que Shang QingHua no se permitiría olvidar. Mucho menos ahora que tenía la oportunidad de cambiarlo todo.

Había regresado de la muerte, y haría que valiera la pena.

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Actualicé la sinopsis y la primera parte, pero va de nuevo acá: va a haber spoilers importantes a lo largo de la historia. Si aún así desean seguir leyendo, son más que bienvenidos ❤️

La fabulosa transmigración de Shang QingHuaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora