CAPÍTULO 20

98 55 9
                                    

 
               "Entonces te das cuenta que no es quien te mueve el piso, sino quien te centra"

                                 Mario Benedetti.

               Calypso

Necesidad incontrolable

Es el gran día, hoy podré hacerle ver al mundo entero el imperio que construyó mi papá. Podrán darse cuenta de todo el trabajo que hizo para que esta empresa tuviera el reconocimiento internacional que tiene hoy.

Todo el mundo en la empresa está de aquí para allá, finiquitando los últimos detalles que faltan antes de ir a arreglarnos cada uno en su casa.

Jenna, Jemison y yo somos los últimos en quedarnos cuando se vayan todos. No puedo creer lo espectacular que nos ha quedado todo. Con ayuda de mis amigos dejamos los regalos en las sillas que ocupará cada invitado al evento.

Hemos tenido este pequeño detalle para nuestros invitados. Dentro de cada paquete hay un pequeño cartel de todas las actividades que los entretendrán durante toda la noche con unos dulces para quitarles este sabor tan amargo que siempre traen y que tratan de tapar con copas de champán. Idea de Jenna, porque si por mi fuera se llenarían de alcohol hasta a más no poder.

Ya terminado esta tarea, me dirijo a ver cómo le está quedando todo  al chico de la animación.

—¿Necesita algo más? —está colgando algunos cables.

—No señora, todo está bien —lo está haciendo muy bien.

—Bien. Oye, quiero que aquí —señalo el escenario que queda libre— todo sea más claro a la hora de presentar los materiales aunque puedes oscurecer la pista cuando bailan las chicas.

—Como usted diga, señora Gangnera.

—Vale —me quedo observando por unos segundos. Mi papá hubiera estado muy feliz por todo esto.

Salimos para nuestra casa ya sonado casi las seis de la noche. Jemison quería venir a recogernos para que lleguemos juntos, pero le he dicho que no. Ya hemos quedado con Lykos. Él se propuso hace días para llevarnos al evento y obviamente le dije que sí.

Nuestra relación, si la puedo llamar así, se ha mejorado bastante. Dejar las cosas fluir y no forzar nada fue la mejor decisión, porque lo estoy pasando genial con él.

Nuestras llamadas por las noches es una de las cosas que me encanta hacer con él. Bueno, además del buen sexo que me da cabo aclaralo.

No sabía que podía llegar a sentirme tan libre y auténtica con un tío. En mis antiguas relaciones, o me sometían o dejábamos todo. Y estaba muy claro que no iba a dejar que ningún tío me tomé por su esclava sexual. Entonces me terminaba yendo y ya está.

Pero con él todo es diferente. No sé, pero tiene un no sé qué que me hace sentir bien a su lado. Me ha contado un poco de la historia con su madre.

Se nota que la quiso mucho. Sigo teniendo mis distancias con él por precaución, pero él tuvo una infancia muy difícil con la muerte de su madre y tener un padre que andaba de ahí para allá con amantes no lo ayudaba mucho.

Tuvo que encargarse de sus dos hermanas. Pese a que no era el hermano mayor,  él se sintió responsable de ellas.

Su madre murió de un paro cardiaco y lo raro en la historia que me contó es que no tenía ningún problema de corazón.

Qué raro esto.

—Ya puedes salir del coche —quita las llaves del auto—. No sé en qué pensabas tanto durante el camino, pero tiens que bajar y arreglarte. Qué nos vendrá a recoger en treinta minutos.

LA RULETA NEGRA [+21] (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora