" Solo imagina lo precioso que puede ser arriesgarse y que todo salga bien"
Mario Benedetti.
Calypso
Una verdad inesperada
Al venir aquí no estaba en mis planes revelarle la verdad, pero escucharlo me hizo cambiar todo lo que tenía planeado desde hace meses, entender todo el daño que le había causado y que le sigue causando su padre me hizo ser sincera con él, quizá esta sea mi oportunidad de serlo con él y empezar todo desde cero, sin engaños y sin mentiras de por medio
Está al teléfono hablando desde hace treinta minutos. En medio de mis explicaciones de como todo empezó le llegó una llamada y no ha parado de dar vueltas en todo el salón hablando con enojo y furia.
No sé si su enojo es por lo que le conté o por lo que le están diciendo al teléfono, pero es mucho, las venas se le marcan en la frente mientras habla.
De espalda veo el tatuaje que le cubre casi toda la espina dorsal, la tinta negra luce muy hermosa sobre su piel bronceado.
—Sí, me visto y salgo —cuelga y viene a mi dirección—. Tengo que irme.
—No hemos terminado y no podemos dejar las cosas así sin hablarlas, Lykos. —guarda su móvil.
—Lo que tengo que hacer es importante. —toma el camino de su habitación.
—También lo que tenemos aquí es importante ¡Carajo! —lo sigo furiosa por su actitud.
Se para en la puerta y se gira chocando su torso desnudo con mi cuerpo, baja sus ojos sobre mí rostro.
—Calypso, tengo una pista para encontrar a mi hermana y no me voy a quedar aquí para escuchar como planeaste todo, para meterme preso por la muerte de tu padre.
Esto dolió.
Tras decirlo, entra y en vez de quedarme ahí parada, también entro.
El cuarto en el que hemos tenido nuestros mejores encuentros me traen recuerdos haciendo que mis ojos se llenan de lágrimas.Últimamente ando muy hormonal.
—Lykos, todo lo que tenía te involucraba a ti. —intento explicarme.
—¿Y no pudiste pensar que tal vez era una trampa? —se quita los shorts— en el diario de tu papá decía claramente que mi padre era el único responsable si le llegaba a pasar algo.
—Pero en tu Casino se oyó hablar varias veces de ese tal Alacrán —se pone los pantalones— y las llamadas con el Alacrán que un amigo mío hackeó salían de tu oficina.
—No tengo la mente ni el tiempo para esto ahora, Calypso.
—Entonces ¿Qué? —mi voz se quiebra— ¿Vas a cortar conmigo aquí?
Deja de rebuscar en su cajón para caminar hacía mí. Me siento patética actuando así, pero es que no puedo dejar de sentir este nudo horrible en la garganta cuando se me atraviesa la posibilidad de una ruptura entre nosotros.
—No voy a terminar nuestra relación —me limpia la cara— y deja de llorar. Sabés muy bien que no me gusta verte llorar —me pongo más sensible con sus palabras— pero tampoco vamos a seguir hablando, no puedo perder más tiempo aquí, Calypso. Entiéndeme.
—Está bien —me limpio la cara—. Pero te acompaño.
—De eso ni lo sueñes.
—Yo quiero apoyarte.
—Y no quiero que te pongas en peligro, así que obedece y regresa a tu casa, voy a decir a mi chófer que te lleve. —se va sin ni siquiera darme la posibilidad de refutar sus palabras.
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LA RULETA NEGRA [+21] (EDITANDO)
RomanceUna mujer; calculadora, exigente y extremadamente sensual capaz de cualquier cosa para cobrarse la deuda que le deben a su familia. Crecida en un mundo de hombres donde ejerce, se ha vuelto la pesadilla de la familia Lancier. Así es Calypso García G...