Noche de chicas. Momentos diferentes. Risas. Me sentí mejor.
Pero aquí vamos otra vez:
El vacío en mi pecho vuelve con fuerza tan pronto como me quedo sola.
Esperaba ansiosamente a mis amigas, mirando constantemente por la ventana. La noche era tranquila, y cada pequeño sonido me hacía pensar que ya estaban aquí. Finalmente, casi a medianoche, vi sus siluetas acercándose. Sentí una mezcla de alivio y emoción. En medio de todo el caos familiar, mis amigas eran mi refugio, mi escape.
Cuando llegaron, comenzaron a entrar por la ventana, tratando de no hacer ruido. Mis padres y mi hermana ya estaban dormidos, lo cual era perfecto.
—¡Finalmente!— susurré, sonriendo mientras ayudaba a la última a entrar.
Nos acomodamos en mi habitación, y después de un rato, no pude contener más mis emociones. Les conté todo: sobre mi hermana, mis padres y todo lo que sentía. Las palabras salían atropelladamente, y las lágrimas comenzaron a brotar.
Mis amigas me rodearon y me abrazaron con fuerza, brindándome un consuelo que tanto necesitaba.
—Thessa, estamos aquí para ti— dijo Zara, acariciando mi cabello. —No estás sola en esto.
—Eres fuerte, y vamos a superar esto juntas— añadió Violett, su voz llena de ternura.
—Te queremos mucho, Thessa— susurró Amber, dándome un apretón reconfortante.
Después de unos minutos, me sentí un poco mejor. Mis amigas eran increíbles, siempre sabían cómo hacerme sentir apoyada y querida.
—Bueno, estamos aquí para alegrarte la noche— dijo Amber, sacando un montón de cosas de su bolso. —Mira, trajimos maquillaje, ropa y un montón de cosas para pasar el rato.
Nos pusimos a maquillarnos, probando colores y estilos atrevidos. Nos cambiamos de ropa, eligiendo atuendos divertidos y extravagantes. Nos tomamos fotos, riéndonos de nuestras poses y expresiones.
—¡Mira esta foto, Thessa!— exclamó Zara, mostrándome una imagen hilarante en su teléfono. —¡Pareces una diva de los 80!
—¡Eso es genial!— respondí, riendo. —Definitivamente vamos a necesitar enmarcar esa.
Seguimos así durante un buen rato, tratando de no hacer demasiado ruido para no despertar a mis padres. Pintamos nuestras uñas, nos hicimos peinados extravagantes y hasta tuvimos un pequeño desfile de moda en mi habitación.
Era una noche perfecta, un escape necesario de la realidad. Por un momento, todo lo malo quedó atrás y pude disfrutar de la compañía de mis amigas, sintiendo su amor y apoyo incondicional.
—Gracias, chicas— dije finalmente, cuando ya estábamos cansadas y listas para dormir. —Esto es justo lo que necesitaba.
—Siempre estaremos aquí para ti, Thessa— respondieron al unísono, con una sonrisa que me hizo sentir infinitamente agradecida.
—Oigan, mañana hay una fiesta en la casa del hermano de Niko. ¡Está cumpliendo años y todo el curso de la prepa está invitado!— dijo Amber.
Sentí una mezcla de emoción y preocupación. —¿En serio?— pregunté, tratando de contener mi entusiasmo. —Va a ser difícil que mis padres me dejen ir después de que descubrieron que estuve bebiendo.
Mis amigas se miraron entre ellas y luego a mí, con una mezcla de desafío y solidaridad.
—Vamos, Thessa, no te lo puedes perder. Va a ser la fiesta del año— insistió Zara.
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Justo a tiempo
Spiritual¿Alguna vez te has sentido como si el mundo entero estuviera en tu contra? Como si cada paso que das... ¿te aleja más de lo que realmente eres?. Así es como me sentía yo, Thessa Frost, de 17 años y con el corazón hecho pedazos. Mi vida solía ser com...