10

33 11 0
                                    

Algo que jamás pensé que pasaría.

Decepciones y más decepciones.

Dolor y más dolor.

—¿Lista?— le pregunté a Raven, ajustándome el vestido una última vez frente al espejo.

Ella asintió con nerviosismo. —Sí, pero estoy un poco asustada. 

Le di una palmadita en el hombro, tratando de tranquilizarla. —Tranquila, hermanita. Es solo una fiesta.

Nos deslizamos fuera de la casa con cuidado, asegurándonos de no hacer ningún ruido. Una vez en la calle, comenzamos a caminar rápidamente. Niko estaba esperándonos en una esquina cercana, tal como le había pedido. Cuando lo vi, sentí una mezcla de alivio y emoción.

—¡Niko!— exclamé, corriendo hacia él y dándole un suave beso en los labios.

y le presenté a Raven. —Ella es mi hermana, Raven. Raven, él es Niko.

Raven le dio una sonrisa tímida y Niko la saludó amablemente. —Es un placer conocerte, Raven. Vamos, no queremos llegar tarde.

Caminamos juntos hacia la fiesta, hablando y riendo en el camino. Cuando llegamos, el ruido y las luces nos envolvieron de inmediato. La casa era enorme, con música a todo volumen, gente bebiendo y fumando en todas partes, y risas por doquier. Había una piscina iluminada y un montón de gente alrededor. 

—¡Wow!— murmuró Raven, impresionada por la escena. —Es... increíble.

—Sí, lo es— respondí, sonriendo. —Diviértete, pero ten cuidado, ¿de acuerdo?

Zara asintió y se dirigió hacia donde estaba Gastón. Observé cómo se encontraban y charlaban antes de que ambos se acercaran a mí. Gastón me miró con una expresión seria.

—Thessa, ¿podemos hablar?— preguntó, su voz cargada de seriedad.

Dudé por un momento, pero finalmente acepté. Quería saber qué tenía que decirme este imbécil. —Está bien. Hablemos.

Nos alejamos un poco del bullicio y me miró con una expresión arrepentida. —Thessa, quería decirte esto desde hace varios días... yo... Quiero pedirte disculpas por todo el daño que sé que te hice, por cómo terminé las cosas contigo. Fui un idiota y jugué contigo y me arrepiento, yo ahora soy diferente... Lo siento mucho.

Lo miré, tratando de descifrar si sus palabras eran sinceras. Sonaban a arrepentimiento, pero no podía aceptar creer eso de él. —¿De verdad esperas que te crea, imbécil? —respondí con dureza. —Después de todo lo que hiciste...

—Sé que es difícil de creer, pero lo digo en serio. Me equivoqué. Y... realmente estoy enamorado de tu hermana, y si piensas que le haré lo mismo o estoy con ella por una... bueno, no es así. —agregó, su voz temblando ligeramente.

Mis palabras fueron cortantes y llenas de veneno. —No te creo nada, Gastón. Y escúchame bien. Si te atreves a hacerle daño a mi hermana, te haré sufrir de muchas maneras que ni te imaginas. No voy a permitir que juegues con ella como lo hiciste conmigo.

Gastón se quedó en silencio, asintiendo lentamente. —Entiendo. Haré todo lo posible para demostrarte que no voy a lastimarla.

Lo miré un momento más antes de darme la vuelta y regresar al interior de la casa. No podía confiar en él, pero tenía que estar atenta para proteger a Raven.

La fiesta continuó y, a pesar de todo, intenté disfrutar el momento con mis amigos. Pero en el fondo, el vacío seguía ahí, recordándome que, por mucho que intentara divertirme, las heridas seguían abiertas.

Justo a tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora