Capítulo 25

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Jonas

Tomé un avión a Italia...

Shein llevaba casi un mes desaparecida. Sin visitarnos. Sin vernos. Sé que tuvimos una discusión que nos llevó a esto. Más no por ello debe actuar cómo una niña malcriada. Soy su hermano mayor. Soy quién vela por la familia, mientras que ella vive viajando para trabajar en una empresa, en un país desconocido.

Shein toda su vida ha sido impulsiva. Terca. Frívola. Con sus expresiones neutras y temperamento explosivo. Mamá se siente mal al ver cómo se alejó de nosotros. Mis hermanas me preguntan por ella constantemente. Aunque, Sharlene ha estado extraña últimamente.

Veo las nubes desde la ventana de la avioneta. Ser un Argent tiene sus beneficios, tenemos una mansión, dinero, cosas que jamás imaginamos llegar a tener. Reconozco que es por mí hermana. Lo que da coraje, es que pasó por encima de todos, y lo sigue haciendo.

El vuelo termina y pido un taxi. Lo malo de Italia, es que nadie habla español. Un dolor de cabeza, que no comprendo. ¿Cómo mi hermana puede estar aquí?. A duras penas habla nuestra lengua. Un señor al parecer habla español, subo y pido ir a la empresa Toriccelli. Bueno, a la original. Aquí existen unas treinta. Las calles son bonitas. Con diseños antiguos. Las personas caminando, tomando café. Italia tiene esas auras de realeza. Cómo si antes de ser una ciudad, hubiera sido un reino.

Llegamos a la empresa Toriccelli. Una enorme construcción de cristales oscuros con el apellido en un letrero inmenso. Agarro valentía para entrar. Seguro que mi hermana me reclamará por estar acá. Cómo hace de costumbre cuando algo no le gusta. Abren las puertas y avanzo. Dentro es más iluminado, a pesar de tener cristales con papel doble. Hay muchas personas corriendo de un lado a otro. Planos. Cafés. Voces y murmuros residen en este lugar. Voy a la recepción dónde una chica mayor que yo, se encuentra con el teléfono en el oído.

-¿Hola?.

La chica me mira con esos ojos almendras. Es blanca y pecosa. Con sonrisa angelical. Comenta algo en italiano para dejar la llamada y prestarme atención.

-¿Hablas español? -pregunto nervioso.

-¿En qué puedo ayudarte? -responde gentilmente.

-Busco a Shein Argent -menciono mi visita-. Trabaja aquí para el señor Bruno Toriccelli.

Sus cejas pobladas se unen y no comprende mis palabras. ¿No hablaba español?.

-El señor Toriccelli no se encuentra en la empresa en estos momentos... Incluso, tiene al menos casi un mes sin pasar por acá.

¿Cómo?

-¿Y la señorita Shein?.

-No conozco a ninguna chica con ese nombre -sonríe apenada.

-Mi hermana mencionó que trabaja para Bruno en esta empresa. Tiene al menos un año trabajando para ustedes -relato perdido. Muy perdido-. Ella es pequeña. Ojos negros. De piel morena con cabello largo, negro y liso. Tiene mal carácter y cara de amargada.

Escucha atentamente las descripciones de mi hermana mentirosa. Asiente pero sigue repitiendo que no la conoce. Al ver que no obtuve lo que deseaba. No me quedó más que regresar a España.

Genial

Salgo con carcomas en la cabeza. Shein no trabaja aquí. Nos mintió. Le mintió a mamá, al igual que Bruno. Entonces eso hace que mis sospechas sean más ciertas. Ella tiene una aventura con el señor ése. Qué asco.

Jamás le dimos un mal ejemplo para hacer eso. Sé que mi hermana no está cuerda, pero ¿esto?. Es imperdonable. Apreto los puños a mis costados para amortiguar la rabia. Es una niña. Mi hermana sólo tiene dieciocho años. Y ese señor le triplica la edad. ¿Tan necesitada estaba?. ¿Tanto odiaba nuestro estilo de vida?.

Argent [El origen de la muñeca]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora