Capítulo 24

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Dedicado a Marlen3006

¿Has experimentado el trance tras el impacto?

Si no lo has hecho, recomiendo evitarlo a toda costa. El helicóptero había sido derribado. Caí en la nieve a tiempo, sino, hubiera explotado junto a él. Mi espalda duele, como si hubiera entrenado hasta morir. El pitido en mis oídos provocan una extraña sensación, mi cuerpo pesa. Más que la roca. La mejilla me arde debido a la nieve.

Busco la manera de levantarme, perdiendo el control por mantenerme en pie. Mi hombro ha vuelto a sangrar, es cuestión de horas para que muera. Miro en varias direcciones, buscando algo que me sirva o alguien que sea de mi equipo. Avanzo un paso y mi pierna envía una punzada fuerte. La he golpeado también.

-La puta mierda -gruño exasperada.

Nieve. Es lo único que habita. Lo único que visualizo. Lo que se encuentra en el momento. El audífono ha perdido señal. Estoy sola, desamparada. En tierras enemigas. Y si no hago algo pronto, sino logro salir de aquí...

¿Quién sabe lo que pueda pasar?

Voces, logro escuchar, lejos de mi ubicación. Pasos de prisa. Ramas crujiendo al ser pisadas. El fuego del helicóptero hacen que el humo de mi paradero. Miro el cielo y noto que se ha nublado. No hay sol. No hay claridad.

-¡Por aquí! -grita alguien a lo lejos y corro en dirección contraria.

Adentrándome al bosque. Mis labios resecos, fríos. Mis dientes tintinean por la baja temperatura. Los copos caen tan lento que que podrías ver cada detalle sin dificultad. Mis manos se ayudan con los troncos de los pinos. cierro los ojos con fuerza para calmar el dolor que está por generarse. Abro y sigo mi camino en busca de una salida.

Una salvación

No se donde voy, ni donde me encuentro. Perdí localidad. Ayuda. Simplemente soy yo y solo yo. Junto a los mercenarios que me pisan los talones. El dolor físico. Es doloroso. Sentir como tú cuerpo sufre golpes, heridas, lesiones que devastan por completo tu resistencia. Convirtiéndonos en un blanco, una presa. Algo fácil de lastimar. Cojeo y mis lágrimas amenazan por salir. Cada paso, es un dolor más. Qué sigue en aumento, siendo peor que el anterior.

Tengo miedo. Lo admito. Miedo a morir sola. Miedo a que me hieran. Miedo a no poder volver a ver a mi familia. Tanto por temer, qué es motivo para no desfallecer. Si me rindo, pierdo. Y he perdido lo suficiente cómo para agregar algo más.

-Vamos Shein -me aliento entre susurros-. Podemos salir, camina un poco más.

Una bala roza mi costado. Haciéndome detener en seco. Las carcajadas macabras de mis cazadores llegan a mis oídos. Mi labio tiembla, y mi miedo ha consumido mi razón.

Voy a morir

-¡Levanta las manos! -piden ansiosos.

Elevo una sola. La otra está más que dormida como para ser movida. Los pasos se acercan más y más. Siento al menos siete pisadas diferentes. Segundos después, veo hombres salir de entre los árboles. De la profundidad del bosque, como si hubieran estado aquí, siempre.

-Vaya pero si tenemos a una hermosa agente acá -silba uno con fascinación.

-Deberíamos usarla primero -incita otro con voz perversa.

Argent [El origen de la muñeca]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora