Capítulo 30

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"Sentí como mi corazón era arrancado de mi pecho sin remordimiento, ese día morí junto a tí" -Shein.

Veinticuatro de junio....

El día de mi cumpleaños...

Hoy, cumplía veinte...

Mi cumpleaños dejé de verlo como fecha festiva, y comencé a verlo cómo un día normal...

Ya no emocionaba, ya no impresionaba el hecho de crecer. Porque no quería hacerlo. Pasé miles de decepciones en este día, que más bien, era el día de las desgracias. Día donde la mala suerte crecía. Donde los demonios crecían a mí lado.

En mí

Papá jamás asistió a mí fiesta de quince años. Me rompió el corazón. Fuí ingenua. Creí que aún me quería. Que aún le importaba. Bueno. Cometí ese error.

Festejé mis quince con mamá. Jonas y mis hermanas. Éramos nosotros cinco contra el mundo. Bailar el vals. Comer pastel. Reír y recordar cada detalle de lo que hubo. De lo que fué.

Cómo el viento, llevándose las falsas promesas de un hombre que su amor fue destinado para alguien más.

El día era cálido. Brillante. Cómo estrellas en el cielo. Suave, como la caricia a un pétalo de rosa. Tan maravilloso. Tan perfecto....

La cobija cubriéndome hasta la mitad de mi rostro, manteniéndome calentita. Cubriéndome del mundo. De la realidad. Protegiéndome del frío del aire acondicionado. Protegiéndome de aquello que no deseaba....

Mis ojos vacilan por la ventana cubierta por la fina persiana. Blancas. Transparente. Si te quedabas mirando fijo, podrías visualizar las siluetas de los árboles que rodean la propiedad. Suspiro para cerrar mis ojos. Deseo es dormir. Quedarme en casa. En mi cuarto.

Aislada

Estos días, el señor Argent ha tenido una actitud diferente. Está más abierto. Planea diferentes actividades para realizar. Me lleva a los viajes. A las reuniones. Incluso, comimos helado hace una semana. Está siendo una figura paterna. Está siendo. Papá.

No mi tutor. No mi verdugo. No, el señor estricto.

Escucho pasos por el corredor hasta detenerse en mi puerta. Me cubro completa para hacerme la dormida. La puerta se abre y no es necesario mirar para saber quién ha entrado.

-Shein...

Llama pero la ignoro

Sisea varias veces en busca de una reacción. Decido seguir bajo la sábana. Seguro se irá en un momento. Avanza hasta subir a mí cama y golpearme con una almohada.

-¡Shein! -grita la muy loca-. ¡Sé que estás despierta! ¡Así que sal de ahí!.

Juro que le voy a arrancar las greñas...

Elevo mi torso para quitarme mi escudo suave y tirarla a un lado. Se queja al arrojarle la almohada. Quedo descubierta y cierro los ojos al ver que abre la persiana.

-¿Qué quieres Sharlene? -protesto cubriéndome los ojos.

-Que dejes la amargura -reprocha para venir a mí-. Y que te cepilles el cabello, está horrendo.

-Horrendo el grano que tienes en la nariz.

Se toca y río a carcajadas

-Estupida.

-Ya enserio... ¿A que viniste?.

Se sienta cómo indio delante de mí. Analizando mi rostro. Mis ojos. Buscando algo que mantengo oculto.

Argent [El origen de la muñeca]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora