Capítulo 12

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"¿Creíste que sería fácil?" -Shein.

De todas las mierdas...

Esta era la más odiada...

Aparte de enfrentar el maldito circuito, por la tarde nos haría un simulacro. Un simulacro de invasiones. Agregando la tarea extra de aprender a bailar. Bueno, pool dance.

Vamos de mal a peor

Después de haber estado con Bruno y Lorenzo, las cosas fueron un poco más sencillas, por llamarlo así. Ellos aún no se dirigen la palabra, pero noto el sentimiento de querer.

-¡Vamos señoritas, no tengo todo el día!.

Y no volverá a respirar si sigue así

Llevamos al menos treinta vueltas al patio. Lo odiaba. Mi resistencia era sorprendente, ya no me desmayaba al menos. Pero era tedioso. Reclutas nuevos llegaron, algunos murieron en invasiones. Otros fueron asesinados por la mano del líder de la mafia italiana.

Aquí no se pasaban por alto las traiciones

-¡Descansen! -grita uno de los jefes-. ¡A comer y a cambiarse, en dos horas tendremos el simulacro!.

Me tiro al suelo con dolor en los pulmones, me arden como el infierno. Estoy llena de sudor, los mechones rebeldes me cubren el rostro, es tedioso. Cierro mis ojos mientras mi cuerpo descansa en el hermoso pasto verde.

-Hay... La princesa ya está cansada.

Por mi vida, que Evans va a morir pronto

-¿Has terminado de jalartela que vienes a joder? -protesto con los ojos cerrados.

-¿Porque no vienes tú y pruebas?.

El y sus amigos ríen

Giro mi cuello con los ojos achinados por el resplandor del sol. Sin duda son los típicos imbéciles de preparatoria, pero con esteroides.

-Nah... Sólo me basta con ver de aquí para saber que la mia es más grande -me levanto y sus amigos ahogan carcajadas.

-¿Te crees muy chistosa? -sisea entre dientes.

-Yo no me creo mejor que nadie -quedo en frente-. Qué te sientas inferior a mí, es cosa tuya.

Avanzo dos pasos y me sujeta del brazo, mi rodilla golpea su entrepierna, cae de rodillas y uso mi cuerpo como arma. Doy una vuelta sujetándome de sus hombros para quedar tras él, y cruzo mi brazo por su cuello, sus amigos vienen hacia mí pero sólo bastó que mi rehén alzara la mano.

Orgulloso de mierda

-¿Algo que deban comentar?.

La voz de Lorenzo a mí espalda me eriza la piel. Los sujetos se alejan y sigo en mi posición. Escucho sus pasos, mientras que Evans lucha por soltarse.

-Veo que... Estan teniendo una muy grata conversación -escanea de arriba hacia abajo apático-. Está de más decir quién lleva el mando.

Sonrío y suelto al idiota de cabello amarillo, tose para acariciar su cuello, me fulmina con la mirada para marcharse con ira.

-Borre esa sonrisa, novata -dice frío -. El hecho de que haya avanzado con los entrenamientos, no le da el derecho de pasar o tratar al resto como le plazca.

-¿Pero ellos a mí sí? -cuestiono-. Claro... Ustedes son hombres, yo, una simple chica.

-Una muy molesta -protesta.

-Lamento que mi sexo lo incómode -digo con la mas falsa sonrisa-. Pero, todos sabemos quien manda en el mundo.

-¿Ustedes? -enarca una ceja.

Argent [El origen de la muñeca]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora