Capítulo 4

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Estábamos à punto de salir de Lafayette, cuando ya no soporte más este silencio.

- ¿ahora si me puedes decir quien es ese tipo? ¿Qué quiere de mi ? Y mejor aún ¿quién es el dichoso "amo" como dijo ese hombre? - mi madre suspiró de tal manera que pareció haber olvidado respirar por un largo tiempo.

- por lo que me dijiste, el que te atacó es un esclavo. - dudo un momento en si seguir hablando o no, después de un leve suspiro siguió hablando. - los esclavos de la noche son muy pocos, no habíamos tenido que lidiar con uno de ellos desde hace un tiempo, las personas ya no encuentran divertido vender su alma al diablo, por así decirlo. Se les llama esclavos de la noche porque hacen una especie de ritual durante la luna llena donde hacen promesa de lealtad hacia el amo oscuro. Es como un ganar ganar, pero en este caso el amo siempre gana. Estas personas en situaciones desesperadas de su vida le piden algo al amo a cambio de su lealtad, de su vida, de todo el como persona. Por eso es como vender tu alma al diablo. - no podía pensar en que sería lo que las personas quisieran tanto a tal grado como para ser capaces de ser esclavos de un demente y de metafóricamente le vendieran su alma.

- ¿el amo oscuro? - dije con curiosidad - ¿quién es? Y ¿que quiere de mi ?

- yo lo conocí hace mucho tiempo como Max blake - cerró los ojos por un segundo como si el mencionar aquel nombre le doliera mucho -yo tenía más o menos tu edad y el era parte de otra familia fundadora.

- espera. ¿Familias fundadoras?

- si, los cazadores no se crearon de la noche a la mañana hayley, eso fue incluso antes de que yo naciera; tres líderes de unieron para luchar contra algo que amenazaba a las personas, tres familias que se unieron. Los Blake, los Winchester y nuestra familia los Jones. - me quedé perpleja, también eso nos había ocultado. Me había ocultado eso, su apellido familiar, nuestro apellido familiar.

-¿Elena Jones? - murmuré. Y ella asintió.

- cuando me case con tu padre me convertí en Elena Duprey y también decidí que tu llevarías ese apellido solamente, enterré el apellido Jones a mil metros bajo tierra y aunque eso me rompió el corazón, sabía que era lo mejor. - se aclaró la garganta - cuando conocí a Max era bueno, era todo un caballero, y después de un tiempo algo paso que lo hizo oscuro, lleno de odio, con sed de venganza y de acabar con todo a su paso. desde entonces gobierna su legión de demonios junto con el primer demonio en pisar la tierra y el más temido por todo aquel que escucha su nombre "constantine".

- ¿que quiere de mi ?- dije sin más. Ella suspiro y con su mano derecha me acaricio la mejilla.

- te quiere a ti hayley.- estaba a punto de preguntarle porque a mi, pero un hombre apareció a mitad de la carretera de la nada haciendo que mi madre perdiera el control, en un instinto de esquivarlo torció el volante hacia la izquierda haciéndonos golpear un árbol, y de pronto sentí como mi corazón se detenía, era el. El mismo hombre que me había seguido en el instituto. El sonido del claxon me volvió a la realidad y miré en dirección a mi madre que estaba inconsciente sobre el volante. Mi pulso se aceleró de preocupación por mi madre y por el tipo a unos metros de nosotras que claramente nos quería hacer daño.

-¡mamá¡ rayos! - reprimi las lágrimas que amenazaban con salir sin parar. Junté todo el valor que pude y salí del auto, esta vez no olvidaría todo lo que había aprendido. Esta vez iba a defenderme.

- Te dije que no hicieras esto más difícil hayley.- cuando dijo mi nombre un escalofrío me recorrió todo el cuerpo y solo me hizo enojar el hecho de que me hiciera sentir así de vulnerable, con miedo. - tienes que venir conmigo ahora mismo. Sino lo haces Elena se verá implicada en este embrollo también, y nadie está interesado en que salga lastimada. ¿o si?

- ni lo sueñes compañero! - dije con un poco de sarcasmo. Mire en todas direcciones hasta que vi una potencial arma para defenderme, sin pensarlo dos veces recogí una rama de árbol lo suficientemente gruesa como para poder golpearlo y que no se rompiera. - no sin antes defenderme.

- ¿es enserio? - arqueo una ceja con aspecto divertido. Y solo me molesto más. Di dos zancadas hacia el, con media vuelta y toda mi fuerza lo golpeé en la costilla izquierda haciendo que se doblará y maldiciera entre dientes.

- muy en serio. - dije con suficiencia.

- está bien, me gusta que den buena pelea. - dijo con tono seguro incorporándose del golpe que le acababa de dar.- muéstrame lo que tienes novata.

Lo analicé mientras se preparaba para atacarme. Con paso firme me dirigí a él y con todas mis fuerzas lo golpeé con la rama gruesa, lo recibió y con un movimiento rápido lo tomó con fuerza, sin intención de devolverlo. Sonrió con malicia e hizo que mi estómago se retorciera, con un solo movimiento hizo que cayera tras el. Lo oí reír y me hizo hervir la sangre.

- bien. Ahora que no estas armada. ¿Podrías hacer mi trabajo un poco más simple? -me giré hacia el y lo fulmine con la mirada. Me dirigí hacia y así poder darle una patada circular que había aprendido en las clases, pero antes de que pudiera golpearlo el sostuvo mi pie en al aire.

- ya fue suficiente.

- sueltame maldito idiota demente!

- muy bien - dijo y me lanzó hacia atrás haciéndome perder el equilibrio. Joder como dolió. Cuando lo oí reírse de mi por segunda vez me hizo querer sacarle los ojos y dárselo a los cuervos en ese momento.

- ¿de que coño te ríes?, ¿de como acabas de golpear a una mujer? ¿De como haz dejado a mi madre inconsciente? - intente que mi voz no se quebrara, no iba a darle esa satisfacción.

- mira - dijo acercándose a mi y tomándome del brazo para que pudiera pararme y verme a los ojos. - en primer lugar te dije que no quería lastimarte pero tu quisiste hacer todo esto de las artes marciales.

- ¿y en segundo? - gruñi.

- no hay segundo. - dijo soltandome.

- ¿porque cumples sus órdenes? - mi pregunta lo sorprendió - ¿porque eres su esclavo? ¿Qué te dió a cambio? - si mi primer pregunta lo sorprendió esta última lo hizo más, y frunció el ceño frustrado.

- eso no es de tu maldita incumbencia - gruño. Desviando la mirada Suspire y pude ver a mi madre caminando sigilosamente hacia doom con un bate de béisbol de fierro. Haciéndome señales para que lo distrajera.

- tienes razón - me miró. Bingo!- no es de mi maldita incumbencia. ¿Pero puedo darte un consejo? - cuando no respondió le dije - cuidado. - su expresión fue de confusión y después de unos segundos comprendió dándose media vuelta y mi madre lo golpeó antes de que pudiera defenderse dejándolo inconsciente. Rápido se dirigió a mi tocando ambos lados de mi cara.

-¿estas bien? - asentí. - bien. Vámonos ahora antes de que despierte.

La seguí al auto, y gracias a todos los dioses posibles el auto siguió en marcha.

-¿mamá? - me miro unos segundos - el sabía tu nombre. - note que se tenso al oír eso.

- como te dije. Conocí a Max. - se tenso. - y si su esclavo sabía donde estudiabas y donde vivías, es obvio que sabe mi nombre y el de todos nuestros conocidos, ellos no dejan nada a medias hayley.

- el dijo que no quería hacerte daño. - me miro sorprendida por unos segundos - y a mi tampoco. Dijo que nadie estaba interesado en lastimarnos. Y mi pregunta es. ¿Porque el villano no querría lastimarnos?

Suspiró - este no es el mejor momento.

HAYLEY: CAZADORA DE DEMONIOS (terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora