Capítulo 16: Confesiones de medianoche

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11 de Marzo de 1977

― Tardaste mucho ―le dijo Peter al verlo, de pie frente a la puerta de la enfermería―. ¿Ya podemos irnos? No quiero tener otro castigo.

― Que aburrido, Wormy ―lo molestó James, sacando de su túnica su capa de invisibilidad y colocándola sobre ellos dos para que puedan caminar por los pasillos de Hogwarts sin ser descubiertos―. Todavía tenemos algo más que hacer. Ven, vamos a la biblioteca.

― ¿Por qué? ―preguntó Pettigrew, entrecerrando los ojos y mirándolo con cansancio.

― Yo...eh... ―tartamudeó el moreno, sintiendo una calidez subir por sus mejillas―. Yo... ¡promete que no vas a reírte!

― Merlín, ya empezamos mal... ―murmuró el rubio, pasando una mano por su cara―. ¿Qué sucede?

― Yo...bueno...puede, ¡puede! Que esté enamorado de Regulus.

Peter se quedó en silencio, mirándolo con los ojos entrecerrados, como si estuviera digiriendo sus palabras. Cuando finalmente lo comprendió, sus ojos y boca se abrieron con sobremanera.

― ¡¿El hermano de Sirius?!

― No, Wormtail, su primo ―habló James con sarcasmo―. ¡Obviamente que es su hermano! ¿Conoces algún otro Regulus?

― O sea, no, ¡pero no puedo creer que te hayas enamorado de él!

― ¿Qué tiene de malo? ―cuestionó Potter con inocencia. Peter lo miraba como si se hubiera vuelto loco.

― Veamos, comencemos con el hecho que es capaz de asesinarte ―comenzó a decir el rubio, enumerando sus argumentos con los dedos―. Es el heredero de la "Noble Casa de los Black", que, por cierto, te detestan por ser un traidor de la sangre. Te dejó calvo cuando estábamos en segundo porque te burlaste de su cabello. Y si no es suficiente, es el maldito hermano de tu mejor amigo, si Sirius se enterara que le haces algo malo, eres hombre muerto. ¿Necesitas más razones?

― Es que... ―intentó explicarse James, pasando una mano por su cabello y revolviéndolo con nerviosismo―. Él me tiró de mi escoba...

Si hubieran tenido la oportunidad, Wormtail seguramente lo hubiera golpeado.

― ¡Eso no es algo bueno, James!

― ¡Pero se vio muy guapo haciéndolo!

― ¡¿Y qué?! Si él asesina a alguien, ¿lo vas a defender porque "se vio muy guapo haciéndolo"?

― Oh mira, llegamos a la biblioteca ―sonrió el moreno, sacando su varita y murmurando un "Alohomora" para abrir la puerta de entrada.

La biblioteca era enorme. Tenía decenas de estantes, todos repletos de distintos libros, algunos de autores mágicos y otros de autores no mágicos. Esos eran los que le interesaban a James; tenía planeado llevarle a Regulus algo de literatura clásica muggle, dudaba que pudiera encontrar aquellos libros en Grimmauld Place, y estaba seguro de que al muchacho le encantarían.

― Vamos, Pete, ayúdame a buscar la sección de literatura muggle ―lo llamó con una sonrisa emocionada.

Nuevamente, Pettigrew soltó un quejido audible.

― ¿Por qué? ¿No podías venir en la mañana, como una persona normal?

― Madame Pince me da miedo ―explicó el moreno rodando los ojos, como si fuera la cosa más obvia―. Ven, recuerdo haber visto esos libros cerca de los estantes del fondo.

― ¿Al menos podemos quitarnos la capa?

― Obvio no, no sabemos quién puede aparecer.

― ¡Pero tengo calor!

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