11 de febrero de 1977
― No sirvo para coquetear ―se lamentó Remus mientras caminaban al gran comedor―. En serio, me sentí como idiota.
Mary a su lado lo consoló con unas pequeñas palmadas en la espalda, entretanto Marlene empleaba toda su concentración en mantener los ojos abiertos.
― Yo te dije que... ―comenzó a hablar la morena, sin embargo, al instante fue interrumpida por un molesto Remus.
― ¡Mejor no hables, que todo esto es tu culpa! ¡Fue tu idea mandarle el mensaje del sonrojo!
Mary abrió la boca con indignación, al mismo tiempo que un brillo retador se apoderaba de sus ojos.
Oh no ―pensó Marlene con cansancio―. Ya van a empezar...
― ¡¿Mi culpa?! ¡Pero si tú fuiste quien lo escribió!
― ¡Si, pero me arrepentí e iba a eliminarlo! ¡Y tú me convenciste de no hacerlo!
― ¡¿Y por qué me haces caso?!
― ¡Ni yo lo sé, estaba desesperado!
Marlene pasó una mano por su rostro, intentando bloquear la discusión de sus amigos y deseando que Lily estuviera aquí, ella era la única que podía hacerlos entrar en razón sin sonar grosera.
La rubia estaba tan distraída (e incluso medio dormida) que ni siquiera notó a la chica que caminaba a pasos rápidos hacia ella, resultando en un fuerte choque entre ambas. Marlene estuvo a punto de disculparse, a punto, pero al escuchar la voz de la chica y reconocerla, sintió una fuerte ira recorrerla.
Dorcas Meadowes.
¿Por qué? ¿Por qué de todas las personas en el mundo tenía que chocar con ella? No exageraba cuando decía que odiaba todo lo referente a aquella chica. Odiaba su personalidad competitiva, lo radiante que tenía su piel, lo increíblemente expresivos que eran sus ojos, los anillos plateados con los que peinaba su largo cabello oscuro...
Merlín, incluso odiaba pensar tanto en ella.
― ¡Mierda! Lo sien...―comenzó a disculparse Dorcas, sin embargo, todo rastro de arrepentimiento abandonó su mirada al reconocer a Marlene―. Agh, tú. ¿Nadie te enseñó que debes mirar hacia donde caminas, McKinnon?
― ¿Y nadie te enseñó buenos modales, Meadowes? Ni siquiera me saludaste.
― Solo saludo a la gente agradable, y temo decirte que no entras en esa categoría.
― Oh mira, finalmente encontré algo que tenemos en común―. respondió Marlene con sarcasmo.
Dorcas la miró con odio, una mirada asesina que al instante fue devuelta por Marlene con la misma intensidad. Ambas chicas se miraron a los ojos un momento, adentrándose en lo que parecía ser una guerra de miradas, una guerra que Marlene se negaba a perder. Finalmente, Dorcas apartó la vista, murmurando como no tenía tiempo para esto y alejándose de la rubia con pasos veloces.
Gané ―pensó Marlene, sonriendo con orgullo.
― ¿Qué fue todo eso? ―le preguntó Lily acercándose a ella y despidiéndose de Snape con la mano.
― Ya sabes, Dorcas siendo Dorcas ―explicó la chica todavía mirando el pasillo por el cual la morena acababa de irse―. Es tan insoportable.
Aquí vamos de nuevo ―pensó la pelirroja intentando ocultar su sonrisa.
― Todavía no entiendo porque la odias tanto, no es tan mala.
Al escuchar las palabras de su amiga, Marlene se detuvo de inmediato en su lugar, con una expresión en su rostro tan graciosa que era digna de una fotografía. Sus ojos se abrieron con sobremanera, mientras que su boca se transformaba en una gran O por la indignación; un ejército de moscas podría fácilmente entrar por allí.
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Timeless
Fiksi PenggemarSirius Black estaba seguro de varias cosas en su vida. Estaba seguro de que su grupo de música favorito era "Queen". Estaba seguro de que odiaba a su madre y preferiría morir antes de regresar a su casa. Pero, sobre todo, estaba seguro de que estaba...