Timeless

Capítulo 28: Primer día de vacaciones (Spoiler: Regulus se ahoga)

11 de Abril 1977

La cabaña de los Potter era bastante grande y hermosa, perfecta para pasar las vacaciones y el sueño de cualquier hombre retirado. Sin embargo, tenía un problema...

― Sólo tenemos cuatro habitaciones ―declaró James, cuando los chicos quisieron ir a dejar sus maletas―. Tendremos que compartir.

Todos se dedicaron miradas nerviosas.

― Bueno...supongo que Marlene y yo podemos compartir una habitación, para que no sea incómodo cuando nos cambiemos de ropa y así ―propuso Dorcas, con sus ojos fijos en la rubia―; claro, sólo si tú quieres, Marls.

McKinnon se encogió de hombros, diciendo que no tenía ningún problema.

― Genial, entonces una habitación ya está tomada ―asintió James, girándose hacia el resto de sus amigos y su novio―. ¿Quieren que hagamos un sorteo para ver quién duerme con quién o...?

― Yo me pido a Remus ―se apresuró Sirius a decir, envolviendo sus brazos alrededor del brazo del castaño, como si temiera que se lo fueran a quitar.

Remus intentó contener su sonrisa, acompañada del estúpido sonrojo en sus mejillas.

― Bueno, si lo haremos así, entonces yo me pido a James ―lo imitó Regulus. Padfoot lo miró con indignación pura.

― ¡No puedes pedirte a James!

― ¿Por qué no? Es mi novio.

― Si, pero... ―el pelinegro miró a su alrededor, como si las paredes fueran a darle la excusa que necesitara. Sus ojos se posaron en Peter, y una sonrisa victoriosa hizo presencia en su rostro―. Pero Peter tendrá que dormir con ustedes.

Regulus abrió los ojos en sorpresa. Parecía que acababan de echarle un balde de agua fría encima.

― ¡¿Qué?! ¡¿Por qué?!

― ¡Porque si! Wormy no tiene habitación, tenle un poco de compasión.

― Ah no, a mí no me metan a sus peleas de hermanos ―los interrumpió Pettigrew, tomando su maleta del suelo―. Con permiso, yo dormiré en el sillón.

Sin decir más, el rubio se encaminó a la sala, reclamándola como su nueva habitación. El silencio se hizo presente, un silencio cargado de cierta tensión, pues los hermanos Black continuaban dedicándose miradas asesinas desde su lugar.

― Bueno... ―murmuró Marlene, alargando el sonido de las vocales en la palabra―. Si ya terminamos, iré a ponerme el traje de baño, he estado esperando meterme a la alberca desde que llegamos.

― ¿Tienen una alberca? ―preguntó Dorcas, con la boca ligeramente abierta. James asintió.

― Está al fondo del pasillo ―señaló con su dedo una puerta de vidrio templado, que sólo permitía ver vagamente lo que había detrás de ella―. Marlene puede mostrarte, ella prácticamente vive ahí, ¿cierto, Marls?

La rubia sonrió falsamente, teniendo que acomodar su cabello de manera en el que pudiera ocultar el probable enrojecimiento en sus orejas. Remus no sabía si era por la vergüenza o por la ira.

― Por supuesto, de hecho, todos podemos mostrarle ―propuso, observando a todas las personas de la habitación, a excepción de Dorcas―. ¿Qué les parece si pasamos la tarde en la alberca? Será divertido.

El rostro de Regulus se arrugó en una mueca, una mezcla de desagrado y miedo.

― No sé nadar ―confesó lentamente. Todos lo miraron con incredulidad.