Capítulo 19

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     Narrador Omnisciente

     A diferencia de Metrópolis, el clima en Ciudad Nacional era más frío. Desde lo alto se podían ver las calles del lugar alumbradas por los tantos faroles. A cada minuto el avión descendía y con aquello su corazón se aceleraba. Años de haberse alejado de aquella ciudad, la cual estaba completamente diferente; mucho más poblada, la infraestructura parecía haber mejorado mucho. Sintió como el avión descendió por completo. El capitán les avisó que ya todo estaba listo para bajar y ella suspiró. Volteó a ver a la pequeña Lilian quien dormía en brazos de su padre. Alexander era un hombre extraordinario. Sentía orgullo de que Marina hubiera conocido a alguien como él que la amara y diera su vida por proteger a su familia.

    Por otro lado estaba Marina, quien apretó su brazo delicadamente sabiendo que estar en aquel lugar le traía dolor a la ojiverde. Fue inevitable para Lena revivir el pasado; la noche en la que partió de aquella ciudad volvió a su memoria. Recordó a Kara, después de tantos años nunca había pensado tanto en ella, como lo ha hecho desde que leyó la nota de su padre.

     La familia se marchó a la habitación del hotel que Lena había reservado mientras que ella salió a disfrutar de la noche recorriendo las calles que hace años no caminaba. Sus pasos la llevaron hasta un pequeño bar. El ambiente parecía agradable. Desde que entró notó como hombres y mujeres babeaban por ella. Aquello provocó cierta emoción de grandeza, ya no era más una adolescente insignificante. Sabía qué se había convertido en una mujer hermosa la cual muchos deseaban y a pesar de que en metrópolis tuvo algunas conquistas, estaba segura de su exclusividad: no estaría con cualquiera.

     Caminó hasta la barra, su mentón alzado y su vista fija en el bartender. Movió una de las bancas del lugar para sentarse. Pidió un Bourbon. El hombre sirvió el trago en un pequeño vaso whiskero, acercándoselo a la pelinegra. Lena tomó éste para acercarlo a sus labios, olfateo un poco el aroma del whisky para luego llevar el líquido a sus labios sintiendo como el líquido corría por su garganta. Al tomar todo el líquido relamio sus labios con suavidad, disfrutando del sabor. Aquel hombre que le había servido el trago había quedado hipnotizado. Le pareció la escena más sensual que había visto en su vida.

     Lena controlaba muy bien su manera de ingerir alcohol. Había pasado ya el máximo de media hora y la mujer llevaba cuatro tragos. El hombre de la barra atendía a los demás sin quitar su mirada de la pelinegra.

     —Debería tener cuidado —le dijo, acercándose hasta ella—. Se nota que es una mujer elegante y que no está acostumbrada a frecuentar ésta clase de lugares. El whisky es una bebida muy fuerte para una chica. Si sigue así puede llegar más de algún aprovechado.

     —Tienes razón —contestó ella terminando su trago—. No estoy acostumbrada a éste tipo de lugares, pero soy de las que no juzgan a la primera —sonrió—. Hay que darle el beneficio de la duda a las cosas o a las personas.

    —Tiene razón. Siempre hay una oportunidad.

    —Conmigo solo se tiene eso —afirmó—. Una sola oportunidad. Si me fallan, no existen más para mí.

    La mirada de la mujer se volvió sombría algo que al chico le dio terror. Prefirió no seguir dialogando con ella, más no dejaba de vigilarla por si alguien se propasaba. El hombre estaba seguro que la mujer no solo era primeriza en el bar, sino que también en la ciudad.

     Lena tenía una botella de Bourbon junto a ella en la barra, de la cual se servía de a poco. De pronto, una canción muy peculiar invadió el lugar, provocando que todo el dolor que pensó que había enterrado, surgiera nuevamente. Pidió al bartender para que volvieran a reproducir la canción para prestar más atención a la letra.

Hoja En Blanco (Supercorp AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora