Capítulo 31

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    Lena

    La jueza había fallado a mí favor, aunque no en completa totalidad. Me había exigido pagarle doscientos mil dólares a Krish Herwood. Diana como la fiscal del distrito me ayudó con ésa multa tan considerable. Aquello no era nada para mí, pero el simple hecho de saber que tendría un poco más de mi dinero me molestaba. Era un descarado, con ésta demanda sólo había demostrado su gran avaricia.

     —Hola, preciosa —sonreí cuando la mujer volteó su mirada hacía mí—. Te ves muy bien hoy.

    —¿Antes me veía mal?

    Fingió indignación.

    —No. Sólo que ése porte de fiscal intocable te hace ver muy sexy.

    —Cuidado, Luthor. Creería que me estás coqueteando —me miró fijamente—. ¿Cambiaste de idea? Hace unos días dijiste que era mejor no conocernos —tomó un poco de distancia—. Además, solo tienes a unos pasos a tu chica.

    —Yo no tengo chica —afirmé rodando los ojos—. Y sí, se podría decir que cambié de idea —me acerqué un poco a su oído—. Me muero por quitarte ésa ropa.

    —Lena, nos pueden ver.

    Se alejó un poco más con nerviosismo, pero le vi sonreír.

    —Quién diría que la ruda fiscal que mostraste ser en el juicio, es tan indefensa ante mi presencia.

    —No exageres, no hice nada. Ésta demanda fue ridícula, y si perdiste dinero fue por cabezota, porque no hiciste bien las cosas.

     —No me molesta perder dinero —volví acercarme—. No si tú eres el beneficio que obtendré después de éso.

    —Tienes una labia, Luthor —rió—. Y aunque me gusta no caeré —noté cierto decaimiento en su voz—. Tú estás enamorada de Kara.

    —¡Vaya, vaya! —unos aplausos se escucharon detrás de mí—. Lo sabía, eres tan patética que después de años sigues sin olvidar a mi esposa —apreté mi mandíbula fuertemente. La voz de Brainiac me parecía tan asquerosa que repudiaba tanto escucharla—. Lo peor de todo, es que estás casada y con una hija y aún así haces todo esto.

    Diana me miró completamente sorprendida.

    —¿Tienes una familia?

    —Sí. Pero, déjame explicarte, por favor.

    Rió de manera irónica.

    —No quiero saber nada de tí Luthor.

    La mujer se marchó sin dar mirar atrás.

    —¡Auch! Lo siento. ¿Te dañé la conquista?

    —Eres un completo imbécil —le di mi mejor sonrisa, él borró la suya—. ¿Sabes lo que acabas de hacer? —lo enfrenté—. No te conviene alejarme de las chicas, tu sabes muy bien que no tengo compromiso con nadie, que estoy completamente soltera —reí—. Y éso tu mujer no lo sabe —su mandíbula se tensó al mencionarle a Kara—. Aunque, éso no debe importarle mucho si me anda buscando, digo, es típico en ustedes dos tener ésta relación de pareja y acostarse con otras personas, ¿no? Tienen una especie de... ¿relación abierta? Qué modernos.

    —Kara jamás haría algo así.

    —¿Tú sí? —a mí mente llegaron las palabras de Caroline—. ¿Tú si eres un maldito machista que tiene derecho a engañar a su esposa con otra persona?

    —No sé de qué demonios hablas.

    —Lo sé todo, Brainiac. Y supongo que Kara lo sabe, ¿no? —todo su cuerpo estaba palideciendo, se notaba el nerviosismo en él—. Creí que lo sabía. Creí que era de ustedes ésto de salir con otros estando en una relación.

Hoja En Blanco (Supercorp AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora