Hoja En Blanco (Supercorp AU)

Capítulo 48

      Lena

      Había recorrido cada parte de la ciudad en busca de Kara y Luke Danvers. Sus padres estaban completamente asustados por el destino de ambos, en cambio los padres de Brainiac no movían un solo dedo. No los necesitaba era Lena Luthor, yo podía con éso. Sin embargó, fue inevitable recurrir a Diana Prince, era una fiscal amada por gran parte de la ciudad y odiada por otra. Por ende ella podía tener mejores recursos que solo dinero.

       Llegué hasta su oficina. Desde que comencé "algo" con Kara, Diana y yo no habíamos hablado. No sabía cómo reaccionaría al verme. Así que esperé a que su secretaría me concediera el paso. Cuando entré, Diana estaba entretenida en unos documentos. Su porte era serio y elegante, como siempre. Sin duda Diana era hermosa.

       «Vamos Lena concéntrate». Me dije a mí misma.

       —¿Vienes a observarme trabajar o se te ofrece algo más?

      Se dirigió a mí sin apartar la mirada de los papeles.

      —Necesito tu ayuda —me encontraba muy nerviosa y no comprendía el por qué exactamente—. Brainiac secuestro a Kara y a Luke.

     Ésta vez volteó a verme, para luego quitar sus gafas de lectura.

     —Querrás decir que un padre se llevó a su hijo y a su esposa en el día de su cumpleaños, ¿no?

    —Sabes bien que no es así.

    —¿El qué? —se puso en pie—. Brainiac es el padre de Luke y es su cumpleaños, tiene derecho a querer pasarlo con él.

     —Olvidas algo importante —nuestras miradas se desafiaron—. Es un prófugo de la justicia, alguien que ya cometió violencia doméstica contra Kara.

     —¡SU ESPOSA! —recalcó Diana. Sentí los músculos de mi mandíbula tensarse—. Alguien que NO levantó denuncia en su contra.

     —Creo que cometí un error al venir aquí.

     —Esperas que te ayude pero, ¿qué te mienta? —se alejó lentamente—. Las dos sabemos que Brainiac está loco sí, es un criminal buscado por la justicia también, pero es padre de ése niño y esposo de Kara.

     —También era padre del hijo que esperaba Caroline y aún así se encargó de que no naciera —la desesperación se hizo presente en mi voz—. Sé que dejaste de lado éste caso por conflictos de intereses, pero eres la única persona que puede ayudarme, Diana. No quiero que les pase nada por mi culpa.

      La ví volver a su escritorio, tomó su teléfono e hizo una llamada. Segundos después su secretaria apareció con un papel en sus manos.

     —Cuando escuché los rumores del secuestro, supuse que vendrías  —me miró—. Siempre que se trata de Kara corres para rescatarla sin importar que tu orgullo quede de lado, así que me tomé el atrevimiento de interrogar a los dos complices de Brainiac —hizo una señal a su secretaría para que me diera el papel—. Ésa es la dirección de una casa que tiene él. Debes darte prisa, en unos minutos ésa dirección la tendrá también la policia y es mejor que estés ahí antes de que él enloquezca al verlos.

      —Muchas gracias, Diana.

      Me acerqué a ella para abrazarla pero se alejó.

      —Es el último favor que hago por tí. Ya no me busques más.

      —Debemos hablar...

      —Ya no hay más que hablar. Me iré a Italia —sentí un pinchazo en mi pecho, mis ojos se debatían entre el papel en mis manos y Diana—. Anda ve, no pierdas tiempo.